El vertido químico llega a la ría de Vigo

L. C. S. / B. R. S.

VIGO CIUDAD

Sesenta personas limpiaban ayer el arenal, donde la espuma llegó a un metro de altura

08 sep 2008 . Actualizado a las 12:29 h.

El vertido de productos químicos en el río Lagares, producido tras el incendio que anteayer arrasó varias naves en la zona de Cabral, en Vigo, llegó finalmente a la ría y pudo visualizarse en una larga extensión de arena -en torno a medio kilómetro- en la orilla de la playa de Samil, una de las más populares de la ciudad, aunque ayer no estaba especialmente concurrida. Como consecuencia del derrame, en su mayor parte, al parecer, de detergentes líquidos que se almacenaban en el interior de la nave calcinada de Quimi-Zor, y que pasaron al curso del río con el agua usada para extinguir las llamas, el Concello izó la bandera roja para prohibir el baño en toda la zona, además de emplear la megafonía de la playa para recordar el veto.

La desembocadura del Lagares, en Samil, se convirtió en un hervidero de grupos de operarios, en torno a unos 60, según fuentes municipales, que colaboraron durante toda la mañana y buena parte de la tarde en las tareas de retirada de la espuma, que en algunas zonas superaba el metro de espesor. Los trabajadores estuvieron apoyados por numerosos medios mecánicos, como excavadoras, tractores y camiones ligeros. Cientos de bañistas, la mayoría ajenos al desastre de Cabral y sus consecuencias medioambientales, mostraban su incredulidad con lo que presenciaban.

Para minimizar los efectos en la opinión pública, los responsables de los trabajos antivertidos insistieron ayer en que los productos -que están en el curso del río y ya son evidentes en la ría- son biodegradables y que el derrame ya ha sido totalmente controlado en su punto de origen, en Cabral. Las labores se centran ahora en impedir la llegada de más detergente al mar, si bien puede ocurrir que pequeñas dosis lo alcancen. El director xeral de Medio Ambiente, Emilio Fernández, dio todo tipo de explicaciones sobre los componentes químicos vertidos y garantizó que son inocuos, por lo que la contaminación en la ría resultará inapreciable.

Evaluar la flora y la fauna

La afirmación contrasta con la muerte de numerosos peces y aves registrada anteayer, en una cantidad que el propio Fernández calificó de «importante», aunque, a renglón seguido, añadió que «aún no podemos cuantificarlo». Además, queda por evaluar el posible daño sobre la flora del cauce del Lagares. En este sentido, los conselleiros de Medio Ambiente y de Pesca garantizaron el sábado que en el caso de que la contaminación llegase a la ría sería tan «imperceptible» que las aguas del mar asumirían con suma facilidad el derrame de detergente. Queda por determinar con claridad qué ocurre con los otros elementos químicos vertidos durante la extinción. La lejía también fue transportada por el río hasta su desembocadura, pero no es algo visualizable como la espuma de los detergentes, aunque puede que su efecto, si menos perceptible, no sea menos dañino. Fuentes municipales informaron de que hacia el final de la jornada se habían recogido 230.000 litros de agua contaminada en el río y la playa. Gracias al trabajo desplegado, el Lagares ya bajaba menos turbio.