El vertido al Lagares mata decenas de peces y aves, a pesar de las barreras

L.?C.?S.? / ?J.?F.

GALICIA

07 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

No ha sido la catástrofe de la factoría de Brenntag en Caldas de Reis, que dejó el Umia fuera de combate, pero sin duda las consecuencias medioambientales del siniestro de ayer son importantes. Aunque la Consellería de Medio Ambiente tomó medidas inmediatas, los vertidos químicos a un río de cauce tan exiguo como el Lagares le afectaron con rapidez. De hecho, poco después empezaban a recogerse peces muertos en sus márgenes y, a media tarde, vecinos de casas cercanas a la depuradora, casi en su desembocadura, confirmaban que hasta allí había llegado el vertido. En esa zona, personal de Medio Ambiente localizaba también peces muertos e incluso alguna ave, y se sospecha que también se producirán daños en la flora.

El conselleiro, Manuel Vázquez, se preocupó en un primer momento por la posibilidad de que se hubiera producido contaminación atmosférica. Tras instalar una unidad de control se descartó que se hubiera producido una nube tóxica y garantizó que en este campo había completa tranquilidad.

A partir de ese momento las preocupaciones se centraron en el río Lagares, ya que a pocos metros de la nave se encuentra un arroyo que vierte en un afluente del río. A dicho regato llegaron miles de litros de agua utilizada en la extinción del fuego. Obviamente, lo hizo acompañada de los productos químicos almacenados y las consecuencias fueron inmediatas. En diversos tramos del río se formaron espectaculares montones de espuma y empezaron a aparecer peces muertos.

Personal de Medio Ambiente reforzado por operarios de Tragsa colocaron con la mayor rapidez posible tres barreras para controlar el vertido. La primera, al lado de la nave, otra aguas abajo y una tercera junto al puente de la avenida de Madrid, ya en el tramo medio del río. Incluyen estas barreras diques de contención con arena y productos para absorber la contaminación, como serrín y cáscara de pino. Sin embargo, como suele ocurrir en estos casos, el resultado es siempre parcial y a media tarde fue necesario instalar una cuarta barrera cerca de la desembocadura.

Pese a ello, el conselleiro reiteró que los daños no van a ser muy graves, «ya que el componente principal de los productos almacenados es lejía, esto es, hipoclorito, además de detergentes y alcohol, todos ellos biodegradables. Habrá mortandad, sobre todo al principio, pero puede garantizarse que el cauce quedará desinfectado», explicó. No obstante, Samil luce la bandera amarilla por precaución.

Visión de conjunto

Acompañado de los directores xerais de Desenvolvemento Sostible, Emilio Fernández, y de Calidade Ambiental, Joaquín Buergo, Vázquez controló directamente las medidas adoptadas. Poco después, el conselleiro, acompañado del alcalde vigués, sobrevoló en un helicóptero de la Xunta la zona afectada por el incendio y el cauce del Lagares, para tener una visión de conjunto.

Entre sus colaboradores planeó en estas primeras horas el recuerdo de la catástrofe del Umia, que le mantuvo una semana recluido en Caldas de Reis, junto a los principales responsables del departamento, pero según avanzaba el día la tranquilidad se iba imponiendo.

La seguridad que ya al mediodía exhibía el conselleiro no la tuvieron en un primer momento los bomberos cuando llegaron al lugar. Al penetrar en la nave se encontraron con un humo densísimo, por lo que tuvieron que empezar a trabajar ignorando sus características.