Los cauces gallegos todavía están a tiempo de regenerarse y la comunidad dispone de la oportunidad de hacer un sello de marca de los espacios fluviales, según este experto
05 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Galicia es el país del agua. Pero eso no la deja ajena a los problemas que atraviesa el líquido elemento y que trata de paliar la directiva marco del agua, de la UE. Para el profesor de análisis económico de la Universidad de Zaragoza y presidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua, Pedro Arrojo, que ayer participó en A Coruña en un curso sobre la nueva ciudadanía global y los movimientos sociales, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), la comunidad tiene que hacer el esfuerzo para recuperar la calidad de sus ríos, «que podrían ser los últimos ríos escénicos y salvajes que hay en Europa».
-Pero parece que la gente aquí empieza a concienciarse.
-Por lo pronto hay quien lo detecta. Una de las cosas que hay que preguntarse es dónde está el salmón, dónde está la lamprea, dónde están los ríos gallegos que eran los mejor conservados de Europa y que están masacrando las minicentrales o los embalses que podrían tener unas alternativas tecnológicas más avanzadas. La calidad de esos ríos está quebrándose de una forma irresponsable.
-¿Es suficiente la política que está llevando a cabo la Xunta, desde la Consellería de Medio Ambiente?
-Estamos tratando de introducir y explicarle a la gente las metas de la directiva marco del agua porque en Europa se ha decidido cambiar el modelo de gestión tradicional. La Xunta está en la línea de la nueva política que marca Europa. Hemos entendido, por ejemplo, que un bosque es más que un almacén de madera y que un río es mucho más que un canal de H2O. Los ríos no pueden continuar al servicio de las hidroeléctricas y regantes. La obligación legal para el 2015, tal y como especifica la norma europea, es haber recuperado el buen estado ecológico de los ríos. No solo que tengan agua, que tengan los peces y la calidad que tenían. En el 2015, no haber recuperado la vida que tenían los ríos supone quedar fuera de la línea europea. También implicará que las instituciones públicas empiecen a recibir importantes castigos desde la tribunales europeos, que no es broma.
-Entonces Galicia tiene hasta el 2015 para recuperar el salmón, las lampreas...
-Galicia tiene que recuperar sus ríos antes del 2015, igual que España entera. Únicamente en aquellos lugares en los que el entorno ya esté quebrado de forma total, lo que se llama masas antropizadas, la directiva no exigirá un nivel tan alto. No solo requiere recuperar el estado físico-químico del agua. También hay que regenerar la biología. Eso no es ambientalismo fundamentalista europeo, que los europeos no son ecólogos, ni el Parlamento esta dominado por el grupo verde, es pragmatismo economicista anglosajón porque ellos han entendido mejor la fábula de la gallina de los huevos de oro.
-Hay que cuidar al animal
-Contaminar un río en nombre de la economía o sobreexplotarlo produce más problemas económicos que beneficios. Imagine que viera la playa del Orzán como una cantera de arena: cometería un grave error ecológico y económico porque esa playa es mucho más valiosa como tal que como arena.
-Pero a la gente le cuesta entenderlo.
-Pero hay que hacerlo. Galicia todavía se puede recuperar. Puede hacer un sello de marca con sus ríos y ser líderes en materia de espacios fluviales.
-¿Todavía estamos a tiempo, aunque cada día encuentren nuevos vertidos y aunque la población esté tan separada?
-Esas contaminaciones son las más complicadas de combatir, pero todo el mundo está en ese reto. El daño que provoca un embalse grande es irreversible, pero una contaminación, en el momento en el que dejas de contaminar, tarda unos dos años en regenerarse.