Un fallo en el dispositivo evitó que la bomba de Valdeorras explotase

La Voz

GALICIA

El artefacto lo descubrió un trabajador, tras abrir una olla de aluminio donde había tres kilos de explosivo

24 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La tragedia rondó ayer las instalaciones de Pizarras Gallegas en Vilamartín de Valdeorras, aunque la bomba que hasta allí llegó no explotó por un fallo en el dispositivo del sistema de iniciación. La casualidad, la fortuna y la rápida intervención de la Guardia Civil resultaron determinantes.

La actividad de los fines de semana, a salvo de urgencias y situaciones excepcionales, se limita en este tipo de empresas a la intervención de mecánicos y técnicos, que son los encargados de la puesta a punto de la maquinaria. El de ayer era una sábado más, por lo que a la una de la tarde había personal en las instalaciones de la firma, en la N-120. Un mecánico descubrió una olla de aluminio en un lugar donde no debería haber nada e hizo lo que tampoco debería: abrirla. Se percató de ello tan pronto vio en el interior un reloj despertador, cables, pilas y una bolsa de plástico. Abandonó el lugar. Había pólvora y trilita, según la información oficial. Sobre tres kilos de explosivo en una olla con capacidad para doce litros.

La inmediata alerta a la Guardia Civil de O Barco saltó, con extraordinaria rapidez, hasta los técnicos de desactivación de explosivos, los Edax, con sede en Pontevedra, que se desplazaron con urgencia, en tanto los agentes de la capital de Valdeorras delimitaban un cordón de seguridad en torno a las instalaciones de la pizarrera. Como quiera que las naves están prácticamente encima de la N-120, entre A Rúa y O Barco, paso obligado hacia El Bierzo, quienes circulaban en coche por esta carretera (y por la próxima OU-536) entre la una y cuarto y las seis de la tarde se vieron obligados a cambiar de vía.

No llegó a ser necesario desalojar vivienda alguna, pues la nave, próxima a la N-120, con la que comunica por un vial de servicio, se encuentra en un lugar aislado, con el pueblo de Arcos a un kilómetro aproximado y un edificio abandonado que hasta hace algunos años había sido primera sede de la Cruz Roja en Valdeorras.

Preparada

Una vez en el lugar, los especialistas de la Guardia Civil pudieron constatar que se trataba de una bomba, que había sido preparada para explotar, con una carga de explosivo suficiente como para provocar daños de consideración en las instalaciones de la firma ourensana. La bomba estaba, al parecer, programada para que explotara sobre las tres de la tarde, pero falló. El artefacto explosivo fue, en cualquier caso, desactivado sobre cinco y media de la tarde.

Las intervención de los artificieros de la Guardia Civil se vio acompañada de la presencia de perros adiestrados para el rastreo de explosivos, con el fin de localizar posibles trampas o algún otro elemento.