La crisis y alejarse de los comicios vascos son las razones esgrimidas para convocar antes la cita con los votantes
10 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Galicia podría recibir la llamada de acudir a las urnas la última semana de octubre o durante la primera quincena de noviembre si el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, toma la decisión en estos días de adelantar a este año las autonómicas inicialmente ideadas para marzo. Y es que la duda sobre el mantenimiento de la fecha preferida por Touriño para tratar de revalidar su presidencia ha crecido entre los dirigentes de su partido a tenor de las palabras del propio presidente.
Durante la última reunión celebrada antes de partir hacia su retiro estival en las Rías Baixas, Touriño conminó a su núcleo más cercano a no interrogarlo más sobre la convocatoria de la cita electoral, aduciendo que sería precisamente en estos días de vacaciones cuando decidirá de una vez por todas su fecha, lo que entre sus colaboradores ha generado una notable expectación e infinidad de llamadas cruzadas.
Postura matizada
El ruego del presidente a los suyos llegó después de que días antes señalase en una reunión de análisis con sus parlamentarios antes de las vacaciones que pretendía mantener las elecciones para marzo, aduciendo el peso de su propia palabra. Las dudas y reflexiones hechas en el congreso del PSdeG, en el que se atribuyó a Ferraz, y en concreto a José Blanco, un interés de partido por celebrar las autonómicas gallegas antes que las vascas, y los argumentos de los gurús de la sociedad de Galicia para o Coñecemento, que en su última reunión pintaron a Touriño un panorama económico más oscuro que el actual precisamente para marzo, han llevado al presidente a abrir este nuevo período de reflexión, según apuntan desde su círculo de confianza. «La decisión está solo en su cabeza, aunque es cierto que ahora se plantea la posibilidad de un adelanto a este otoño con más fuerza que hace dos meses», reconoce un dirigente de la nueva cúpula del PSdeG. «Si cree que el debate vasco, con la polémica sobre el plan Ibarretxe y un posible adelanto allí de las autonómicas, lamina la campaña gallega, entonces Emilio las convoca para este año», añade otro dirigente cercano al presidente.
«Tenemos un discurso propio, que queremos que no se contamine con posicionamientos a favor o en contra de posturas nacionalistas como sin duda generarán en la opinión pública española las elecciones vascas, y por eso es cierto que en el partido hay el consenso de no querer coincidir con ellos», añade un tercer testimonio del círculo más próximo a Touriño.
Fuentes del PSOE estatal reiteran por su parte el buen estado de la economía gallega frente a la media estatal «y seguirá siendo así, por lo que ahí tiene un activo electoral más que un obstáculo, y si las cosas van a peor, por contraste Galicia aún saldría bien parada». La lectura económica, se reconoce sin embargo también desde Madrid, puede quedar «tapada» por el debate vasco y diluir así el mensaje del PSdeG.