El nuevo modelo de gestión del Gaiás relega el anunciado hace 19 meses

M. Cheda

GALICIA

Aún no se ha aclarado si la nueva entidad gestora estará adscrita a Cultura, Economía o Presidencia

09 ago 2008 . Actualizado a las 02:05 h.

Estos días se cumplen tres años desde que Ánxela Bugallo (BNG) asumió el timón del complejo del Gaiás y también siete y medio del inicio de las obras en aquel monte a las afueras de Santiago. A lo largo de todo este tiempo, la conselleira ha venido fijando rumbos que, a veces levemente y otras de forma radical, solía acabar corrigiendo. El último y mayor de esos virajes, todavía no reconocido oficialmente, ocurrió cuatro semanas atrás, cuando la nacionalista, acompañada por el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño (PSOE), presentó a los medios de comunicación el nuevo modelo de negocio para la Ciudad de la Cultura, cuya adopción -aunque aquel día nadie lo confesó- supone tumbar el esquema de gestión que ella misma había anunciado en el Parlamento autónomo 18 meses antes, así como agrupar relevantes competencias en torno a una entidad que probablemente termine tutelando el área socialista del bipartito.

El 26 de diciembre del 2006 Bugallo compareció en el hemiciclo del pazo de O Hórreo para «avanzar» el modo en que el recinto sería gobernado una vez abierto al público. Aseguró allí que la Fundación Cidade da Cultura, un organismo bajo su control y dirigido por un ex concejal del Bloque en Ames (A Coruña), ejercería en el futuro como una especie de paraguas para otros entes menores de igual naturaleza jurídica, a cada uno de los cuales les sería confiado uno de los seis edificios del Gaiás.

«Esta rede de fundacións terá un nó central, a actual Fundación Cidade da Cultura, coas siguintes misións: velar polo cumplimento dos obxectivos do proxecto, garantir a coordinación de contidos e programacións, participar das decisións de actuacións transversais a todo o complexo, velar pola imaxe de marca, elaborar estratexias de promoción e comunicación, coodinar actividades públicas e xestionar o mantemento e os servizos comúns», precisó.

Sin embargo, durante la rueda de prensa que la conselleira y Touriño ofrecieron el 10 de julio del 2008, ambos informaron de que la mayoría de dichas funciones, al final, serán desempeñadas por una fundación de creación inminente que, además, ostentará el mando de los dos únicos inmuebles del recinto considerados «xeradores de ingresos»: el Centro de Arte Internacional, el cual va a albergar en una de sus secciones el llamado Museo de Nenos, y el Escenario Obradoiro. De su capital social, en principio estimado en 25 millones, a la Administración le corresponderá un 49%, mientras que el resto lo desembolsarán unos 15 patronos privados coordinados por el presidente del Banco Gallego, Juan Manuel Urgoiti (Madrid, 1939).

Un plan del área socialista

Esta entidad emergente funcionará en paralelo a la actual junta gestora de la Ciudad de la Cultura, que, en esencia, se limitará a interpretar un papel de «garante do investimento público realizado» y a pilotar instalaciones con escaso potencial de atracción de inversores, como la biblioteca, el archivo, el museo... Por tanto, este formato administrativo, contra lo augurado por Bugallo, vacía de atribuciones una pieza que ella consideraba clave en el rompecabezas del Gaiás, choca con la planificación que había expuesto a los parlamentarios e incluso podría recortar su poder, al no haber sido aclarado aún si la oficina de Urgoiti se adscribirá a Cultura, a Presidencia o bien a Economía. De hecho, fue el titular de este último departamento, José Ramón Fernández Antonio (PSOE), quien, por encargo directo de Touriño y asesorado por una prestigiosa consultora internacional, trazó las líneas maestras del modelo de gestión para el complejo.

Modificado todo lo demás, ¿sobrevivirán al menos aquellas minifundaciones que la nacionalista quería impulsar? Consultada sobre este particular, su portavoz oficial optó por no responder la pregunta, mientras que el de Fernández Antonio se ciñó a contestar que la decisión de constituirlas o no se adoptará «más adelante».