Galicia reclama el voto emigrante en urna dejando su aplicación en el aire

GALICIA

15 jul 2008 . Actualizado a las 02:18 h.

El Parlamento gallego puso fin a un debate abierto hace 14 meses, plagado de pullas y escaramuzas, cuya finalidad consistía en impulsar un amplio consenso político en torno a la reforma del voto emigrantes que, de algún modo, permitiese enterrar las continuas acusaciones de fraude que rodea a un derecho que pueden ejercer los 326.000 gallegos que residen en el extranjero. El propósito se logró ayer en parte con la aprobación unánime de un texto legislativo que reivindica la implantación del voto en urna para la diáspora, aunque en la práctica se dejan en el aire los plazos previstos para su aplicación.

De hecho, por la vía abierta ayer en O Hórreo -que ahora remitirá su propuesta al Congreso para que la tramite- es prácticamente imposible que se pueda aprobar una reforma de la Loreg (Ley Orgánica del Régimen Electoral General) con el tiempo suficiente de estrenarla en las próximas elecciones gallegas, que podrían celebrarse dentro de nueve meses siempre y cuando no se adelanten.

Aun así, ningún grupo político admitió ayer la posibilidad de que el intento de reforma no llegará a tiempo para las autonómicas, aunque todos son conscientes de que los plazos de tramitación parlamentaria no son precisamente favorables.

El acuerdo refrendado por el pleno extraordinario de la Cámara se sustenta sobre tres pilares. En primer lugar, las fuerzas gallegas apuestan por implantar el voto en urna en los consulados en los que sea posible, y se estima que esta medida será aplicable a casi el 70% de los emigrantes gallegos, muy concentrados en países como Argentina, Uruguay, Venezuela, Brasil, Suiza o Alemania.

Voto rogado

Pero también se propugna, en segundo lugar, que el voto exterior sea rogado, es decir, que tenga que solicitarlo expresamente el interesado, lo que impediría que los fallecidos u ausentes pudiesen seguir ejerciendo este derecho. Y, finalmente, la iniciativa gallega también reclama una regulación de las campañas electorales en el exterior y una depuración exhaustiva del censo de electores del extranjero.

El portavoz del BNG, Carlos Aymerich, y el diputado popular José Manuel Castelao Bragaña volvieron a mostrar ayer una atípica coincidencia en este debate al advertirle al PSdeG, cada uno a su modo, que el nuevo sistema deberá estrenarse sin excusas para las autonómicas. «Non sería de recibo e non valerán escusas -manifestó Aymerich- se nas próximas eleccións volvemos ao turismo electoral».

De forma más incisiva, Castelao Bragaña se dirigió al presidente Touriño y al vicepresidente Quintana para señalar que «no nos vale» que el voto en urna pueda quedarse en el tintero por falta de tiempo o de informes. «No nos vale», insistió. Es más, Castelao le espetó a Touriño que tenía «una magnífica oportunidad de pasar a la historia» como el presidente que logró el voto en urna. «Haga que su palabra se cumpla», le dijo.

Por su parte, el socialista Fernández Leiceaga matizó que el acuerdo gallego no garantiza el éxito, pues la reforma legal le compete realmente a la Administración del Estado. No obstante, consideró el pacto como «un bo día para a democracia, e para os galegos do exterior e do interior».