La industria recupera la extracción de wolframio debido al alza de sus precios

GALICIA

La Xunta ha recibido ya seis solicitudes de reapertura de varias minas de un metal devaluado durante años

13 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La crisis agudiza el ingenio, y en su búsqueda de beneficios, las empresas han vuelto la vista a las numerosas minas abandonadas de wolframio, estaño e incluso oro, debido al aumento de los precios del mercado de las materias primas. Tras varias décadas, extraer metales vuelve a ser rentable.

Veinte son las minas hasta ahora olvidadas en territorio galaico, y seis son ya las solicitudes de empresas para recuperar las galerías que, en la Segunda Guerra Mundial, abastecieron de wolframio a los nazis. Un mineral que entonces tenía una gran importancia estratégica ya que, al tener un punto de fusión muy alto (más de 3.000 grados centígrados) se utilizaba para endurecer las aleaciones en artillería. Además de en cañones y blindados, el wolframio se usaba, y se usa, para fabricar los filamentos de las bombillas de tungsteno.

De hecho, entre 1942 y 1943 se desató la conocida como fiebre del wolframio. Y es que algunos de los mayores yacimientos de Europa estaban en Galicia. La minería despegó entonces en las comarcas de Valdeorras, Xallas, Trasdeza, Bergantiños y Barbanza. En aquellos años, en la mina de San Finx, en Lousame -la primera veta de este metal en España y una de las pioneras en Europa- trabajaban oficialmente 7.699 personas, aunque la estimación mínima real era de unas 15.000.

El último estudio de campo la Consellería de Innovación e Industria para el seguimiento e investigación de antiguos yacimientos arrojó el dato de que existen al menos medio centenar de labores mineras en la comunidad. La cifra no quiere decir que el total de minas de wolframio en Galicia sea de 50, ya que una explotación puede tener varias labores.

Rentabilidad asegurada

Además del precio de los metales como el wolframio o el estaño, la rentabilidad de reabrir los yacimientos se encuentra en que el proceso extractivo ha cambiado sustancialmente. «É máis rendible, está máis mecanizado e precisa menos gasto de enerxía». Santiago Freire, el alcalde de Lousame, asegura que es perfectamente viable reabrir un yacimiento minero como el de San Finx, pese a no saber con seguridad la cantidad de mineral escondido bajo tierra.

Por su parte, Industria afirma que de momento son seis las solicitudes de reapertura, pero que, ante la situación económica actual, el número de empresas podría aumentar. «Todo depende do seu interese», sentencian. Por el momento, los trabajos más adelantados son los de la mina de San Finx, en la que el inicio de la actividad es inminente. Ayer, los operarios se afanaban en la puesta a punto de la maquinaria que devolverá el esplendor a Vilacoba.