Las directrices del territorio establecen la elaboración de un plan integral para cada metrópoli y área urbana
28 jun 2008 . Actualizado a las 02:00 h.La Galicia del siglo XXI ya tiene las reglas que deben poner freno al caótico desarrollo urbanístico de las últimas décadas para favorecer un crecimiento racional. La Xunta presentó ayer las directrices de ordenación del territorio, en las que articula un modelo que bascula sobre dos espacios metropolitanos y un sistema de ciudades y villas para planificar sus infraestructuras, equipamientos y servicios. El bipartito apuesta por armonizar el desarrollo de las ciudades para frenar la dispersión y prevenir la urbanización difusa que eleva el gasto público. El objetivo final es crear «unha Galicia máis cohesionada socialmente, equilibrada territorialmente, dinámica económicamente e sostible».
Las directrices, que la Consellería de Política Territorial aprobará la semana que viene, proponen un sistema territorial a partir de la jerarquía de los asentamientos existentes y de su ubicación geográfica. Ese modelo policéntrico incluye varios niveles: el sistema de ciudades, el urbano intermedio, los nudos de equilibrio territorial y el resto de los núcleos. El sistema de ciudades diferencia las metrópolis ártabra (A Coruña-Ferrol) y de las Rías Baixas (Vigo-Pontevedra), y las áreas urbanas de Santiago, Ourense y Lugo. La Xunta elaborará un plan territorial integrado para cada espacio metropolitano y para cada área urbana. Esos planes tendrán carácter supramunicipal y estarán orientados a reforzar las conexiones por carretera y ferrocarril, y potenciar el transporte colectivo; localizar áreas de suelo para actividades empresariales y equipamientos de rango metropolitano; determinar las áreas a proteger por sus valores y funciones ambientales; establecer medidas de coordinación para que los instrumentos municipales de planeamiento sean congruentes entre sí; y estimar las necesidades de suelo para vivienda protegida.
El sistema urbano intermedio abarca los núcleos que son cabecera de comarca, un término del que se prescinde en las directrices: As Pontes, Carballo, Cee-Corcubión, Noia, Ribeira, Monforte, Ribadeo, Sarria, Vilalba, Viveiro, O Barco, O Carballiño, Xinzo, Verín, A Estrada, Lalín, Tui y Vilagarcía. Los nudos de equilibrio territorial, que cierran la jerarquía de asentamientos de influencia supramunicipal, configuran un sistema de pequeñas villas y otras cabeceras comarcales: Arzúa, Melide, Negreira, Ordes, Ortigueira, Padrón, Santa Comba, Vimianzo, A Fonsagrada, Becerreá, Guitiriz, Mondoñedo, Monterroso, Quiroga, Allariz, Bande, Castro Caldelas, Celanova, Maceda, A Pobra de Trives, Ribadavia, Viana do Bolo, A Cañiza y Caldas de Reis.