El AVE del eje atlántico cuesta ya 457 millones más de lo previsto en las cuentas del Plan Galicia
GALICIA
No se trata de un desfase presupuestario, aunque sí puede considerarse que las estimaciones de lo que costaría el eje atlántico de alta velocidad se plantearon muy a la baja. El gasto previsto en el AVE entre A Coruña y Vigo alcanza ya los 1.723 millones de euros, 457 más que los 1.266 millones que constaban en las estimaciones presupuestarias del Plan Galicia cuando fue aprobado por el Gobierno de José María Aznar en enero del 2003.
La inflación y las modificaciones en la calidad del proyecto acometidas a partir de ese año explican buena parte de este gasto añadido que pulveriza los cálculos del entonces ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos. De hecho, de acuerdo con las estimaciones contenidas en el Plan Galicia, los 457 millones en los que de momento aumentará la factura podrían servir para afrontar la continuación del eje ferroviario hasta Ferrol y aún sobrarían 20 millones de euros para iniciar las inversiones en la salida de Vigo hacia la frontera portuguesa, valorada en su momento en unos 300 millones de euros.
Las comparaciones son aún más engorrosas con el proyecto inicial de mejora ferroviaria plasmado en el convenio entre Renfe y la Xunta firmado en el 2000 que, como recuerda Xosé Carlos Fernández en el libro El ferrocarril en Galicia , estimaba la adecuación de toda la infraestructura ferroviaria gallega en 961 millones de euros. En el caso del eje atlántico, la inversión prevista era de 716,3 millones de euros (119.168 millones de pesetas), pero incluía la prolongación norte hasta Ferrol.
Replanteamientos
La realidad es que el proyecto del AVE que unirá las principales ciudades de Galicia sufrió sucesivos replanteamientos que desembocaron en el diseño actual, una infraestructura que permitiría velocidades punta de 220 kilómetros por hora en un trazado electrificado de doble vía adaptable en el futuro a ancho internacional. En el proyecto primitivo ni siquiera se planteaba la doble vía y prácticamente todo el recorrido aprovechaba el trazado antiguo. Las velocidades no superaban los 160 kilómetros por hora y no estaba prevista la electrificación.
En los estudios informativos encargados a raíz del Plan Galicia se mejoró sensiblemente el proyecto mediante la ejecución de variantes que evitaban el tortuoso trazado antiguo, de forma que, al final, se recorta en 22 kilómetros el recorrido, que queda en algo más de 155. Estos nuevos trazados, que suelen costar más del doble que los que siguen la vía antigua, se plantearon sobre todo en la vertiente sur (Vilagarcía-Padrón y Vigo-Pontevedra).