Galicia pone a prueba una señalización vial que se vuelve rosa al descender la temperatura

Xavier Lombardero

GALICIA

21 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La novedosa pintura termocromática aplicada a la señalización horizontal de las carreteras, que cambia del color blanco al rosa cuando las bajas temperaturas del asfalto llevan a la aparición de hielo, ya se está probando de forma experimental en la carretera de A Gañidoira, en Lugo, tras solicitar la firma especializada Ovisa su instalación a la Consellería de Política Territorial. Desde la compañía se apunta que en breve se podría poner a prueba el mismo sistema en alguna vía de Pontevedra.

La de Lugo es la primera experiencia de este tipo en Europa, según confirma el jefe del grupo de obras de la empresa, Juan Manuel Montoya. «Estamos estudiando la evolución de este material. Hemos comprobado que el cambio de color se produce por debajo de los cinco grados de temperatura ambiente, que correspondería con uno o dos grados en el firme», señala.

Esta característica del material investigado en uno de los laboratorios que el grupo constructor tiene en Burdeos no solo ayuda avisando al conductor sobre la posible presencia de hielo -muchos vehículos nuevos ya incluyen un sensor de temperatura externa-, sino también en la mejora de la visibilidad, pues en esa zona de la carretera LU-540 suele haber densos bancos de niebla y la nieve dificulta en ocasiones el tráfico.

Otro problema para la seguridad de los conductores en esta vía es la invasión de la calzada por parte de los caballos que pastan libres en esta zona, por ello se instalaron 8.500 metros de valla cinegética y varios indicadores de alerta.

La mejora de la visibilidad de las marcas viales en condiciones meteorológicas adversas es uno de los campos donde más se investiga. Gigantes del sector, como 3M, están desarrollando para España la pintura All Weather Paint, que incluye elementos ópticos especiales para ser vistos bajo la lluvia. Ya se está aplicando en Estados Unidos y países europeos como Holanda.

Firmes antideslizantes

Otras tecnologías que podrían incorporarse pronto en la construcción de carreteras son los firmes antideslizantes para su instalación en ciudad. La mayor adherencia de las nuevas superficies las hace aconsejables en el entorno de los pasos de cebra. En otros países europeos ya se tratan con pavimentos antideslizantes con base de bauxita calcinada ciertos trazados sinuosos, curvas peligrosas, fuertes pendientes, cruces y zonas de aproximación a semáforos y pasos de peatones. Permiten una gran reducción de las distancias de frenado de los vehículos y de los riesgos de derrape. «Las pantallas antirruidos también son otro producto con futuro en las ciudades y también se pretenden introducir este año asfaltos que disminuyan o absorban la contaminación por CO2», señaló Montoya.

También están en desarrollo betunes modificados con polvo de neumáticos fuera de uso, que reciclan un residuo del que existen importantes cantidades (en cada kilómetro se reutilizan unos mil neumáticos) y que, además, reducen el ruido de la rodadura. El reciclaje de pavimentos deteriorados para servir de cimientos al nuevo firme o los pavimentos drenantes son otras iniciativas en marcha.