El reparto de competencias acentúa el deterioro de los colegios gallegos

A. U.

GALICIA

03 mar 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

¿Dónde termina la responsabilidad de la Consellería de Educación y dónde empieza la de los concellos en la puesta a punto de los centros educativos? ¿Qué es mantenimiento y qué son obras mayores? Estas son algunas preguntas que se hacen padres de alumnos, profesores y sindicatos ante las deficiencias que presentan los colegios gallegos y que son, a su entender, en muchas ocasiones, resultado de un reparto «poco claro» de las responsabilidades de una y otra Administración.

Virgilio Gantes, presidente de la Confederación Galega de APA de Centros Públicos (Confapa), explica que este reparto de responsabilidades entre Xunta y concellos frena obras muy necesarias en los colegios de primaria. Cita el caso del colegio Curros Enríquez, en la ciudad herculina: «Hace falta el pintado de la fachada pero no se hace porque no se sabe quién tiene que arreglarlo».

En el medio rural, peor

Esta división de funciones se agrava, según familias y sindicatos, en los colegios de la zona rural. Virgilio Gantes apunta que hay centros que tienen escolarizados a niños de dos o tres municipios «por lo que la responsabilidad de quien asume el gasto de determinados problemas es todavía más complicado».

La limitación de fondos de los que disponen los concellos pequeños, sobre todo los situados en las áreas rurales, conlleva, tal y como explica Anxo Louzao, secretario nacional de CIG-Ensino, «que só se actúe en casos nos que é estritamente necesario. Non se cambia unha caldeira ata que se rompe». Los ayuntamientos reciben dinero de la consellería para asumir el mantenimiento, «pero case nunca chega».

Desde este sindicato alertan, además, del mal estado que presentan las escuelas unitarias, responsables de las primeras fases educativas en muchos pequeños municipios. De acuerdo con Louzao, «algunhas están en lamentables condicións», con importantes problemas que sobre todo se concentran en las humedades, las goteras y la falta de servicios adaptados para los alumnos.

El instituto de Ferrol Vello es otro ejemplo de cómo la falta de coordinación entre las distintas Administraciones responsables paraliza obras urgentes. Desde hace años, la consellería promete hacer un gimnasio, pero es el Concello el que debe encontrar el lugar.