La regeneración ecológica continúa acumulando atrasos en las áreas mineras de la montaña lucense

GALICIA

03 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El atraso de los planes de restauración ambiental de las áreas mineras es un problema que se vive con especial intensidad en el municipio lucense de Quiroga, donde las explotaciones pizarreras proporcionan cerca de seiscientos empleos directos, pero a la vez causan un considerable impacto ecológico y paisajístico. La huella de la actividad extractiva se percibe particularmente en la zona de Pacios da Serra, una parte del municipio encuadrada geográficamente en la sierra de O Courel.

Después de muchos años esperando la ejecución de un plan de restauración ambiental que se fue aplazando o cancelando por diversas circunstancias, el Ministerio de Medio Ambiente -en respuesta a una pregunta de los parlamentarios del BNG en el Congreso- anunció a comienzos de diciembre pasado que ya estaba en marcha un proyecto de regeneración hidrológico-forestal de áreas afectadas por las escombreras de pizarra en Quiroga y en el vecino municipio de A Pobra do Brollón, donde también se hacen sentir estos problemas. Dentro de este mismo plan están previstas actuaciones en la sierra de Barbanza y en Fisterra. Por lo que respecta a los citados municipios lucenses, el proyecto cuenta con un presupuesto de 1.798.824 euros, de los que 284.791 ya deberían haberse invertido el pasado año. A estas alturas, sin embargo, en Quiroga no se ha visto ningún indicio concreto de la materialización de este plan, según indica el alcalde Julio Álvarez Núñez. «No sé en qué estado de tramitación se encuentra actualmente este proyecto, pero el caso es que aquí aún no ha empezado ninguna obra relacionada con él, es decir, por ahora no se ha movido ni una arena», afirma.

En opinión del regidor quirogués, el problema del atraso que padecen los diferentes planes de regeneración ambiental de las zonas pizarreras «puede estar más en la parte empresarial, porque el sector de la pizarra no está pasando por su mejor momento y a algunas empresas se les hace cuesta arriba aportar las cantidades que les corresponden para llevar a cabo estos proyectos. Creo que las Administraciones autonómica y central tendrían que moverse un poco más para arreglar este problema, porque este es un sector que tiene un gran peso económico y crea mucho empleo en zonas como la nuestra, pero al mismo tiempo tiene unos efectos ambientales que habría que corregir cuanto antes», añade.

En cualquier caso, el hecho es que la contaminación de las escombreras de pizarra sigue siendo patente en los arroyos próximos a las canteras de Quiroga, que continúan erosionando espectacularmente las laderas de las montañas sin que se haya emprendido una mínima actuación para paliar estos serios daños ambientales.