Un vigués, grave al reventar su piso con gas tras amenazar a su esposa

E.?V. Pita

GALICIA

02 feb 2008 . Actualizado a las 02:23 h.

El vigués José Antonio O.?R., de 70 años, sufrió ayer quemaduras muy graves tras hacer explotar intencionadamente gas butano que había liberado dentro de su piso. Había amenazado con volar su casa si no acudía a verlo su esposa, quien había conseguido hace 20 días una orden de alejamiento. Ayer, la policía tenía previsto desalojarlo del domicilio por orden judicial. A causa de la onda expansiva resultaron lesionados tres bomberos que en ese momento intentaban evitar que el vecino llevase a cabo su objetivo. Ante el riesgo de explosión, 30 familias tuvieron que ser desalojadas del mismo edificio.

Antes, el hombre había llenado la casa de gas con intención de tender una trampa a su mujer, que se dirigía al piso acompañada de varios policías, que detectaron el olor a gas y ya no se acercaron. El hombre se había atrincherado sobre las 14.15 horas en su piso, en la primera planta del número 30 de la calle Llorente. Estaba asomado por la ventana y exigía a gritos ver a su esposa, Encarnación S.?H. «¡Que suba ella o lo quemo todo!», decía. En una mano portaba un gran cuchillo y en la otra una manguera de la bombona de butano.

Los vecinos ya habían alertado al 091. Pronto se supo que el hombre acumulaba tres o cuatro bombonas de butano en su cocina. Él mismo reveló que había abierto las espitas del gas y roto la goma de seguridad.

Un negociador de la comisaría dialogó con el hombre y trató de disuadirlo para que depusiese su actitud. Al mismo tiempo, la esposa hablaba desde la calle e intentaba convencer a su marido. «¡Para, no lo hagas!», le decía desde una radio policial. Éste la animaba a subir, mientras mostraba el cuchillo. «La quería allí para matarla. Dijo que sería la última vez que ella llamase a la policía», comentó una vecina.

Los vecinos aseguran que las peleas y gritos entre el matrimonio eran diarias. La esposa había telefoneado en varias ocasiones a la policía para pedir ayuda. «Una vez, él la arrastró del pelo por las escaleras y un peatón intercedió. Pero ella negó todo y culpó a quien la ayudaba. Nadie se metió más en sus discusiones», relata una vecina.

Un negociador

La situación se agravó cuando el negociador abandonó sin éxito la casa. «Voy a reventar todo el edificio», gritaba José Antonio. Los bomberos comprobaron con detectores de gas que existía en la zona una situación de máximo riesgo. La policía desalojó entonces a los residentes en el edificio y otros dos colindantes y acordonó la calle.

A las 15.45 horas, los bomberos vieron que el hombre metía la manguera de la bombona en la boca. Un jefe de bomberos habló desde la calle con José Antonio para entretenerlo mientras tres de sus hombres subían y destrozaban a golpes la puerta. Al verse acorralado, el vecino corrió y encendió fuego con un mechero. La llama prendió en el gas acumulado en la casa y causó una explosión que provocó quemaduras a José Antonio y reventó las ventanas. Los cristales rotos hirieron a tres bomberos.