Queda enganchado con su parapente en un tendido eléctrico y provoca un apagón en Baiona

E.?V.?P.

GALICIA

27 dic 2007 . Actualizado a las 11:21 h.

El deportista santiagués Manuel Garrido salvó la vida ayer tras quedar enganchado con su parapente en un tendido eléctrico en Sabarís, en Baiona. El joven pudo saltar a tierra por su propio pie pese a que varios cables quedaron enredados, provocando explosiones y chispazos. A consecuencia del accidente, varios barrios de la villa sufrieron un apagón.

El incidente se produjo entorno a las seis de la tarde. El joven, que pertenece al club parapente Rotor, partió de la sierra de A Grova diez minutos antes en compañía de otro practicante de este deporte aéreo.

El presidente del club, Joaquín Dávila, restó importancia al incidente al considerar que nunca llegó a haber un serio riesgo, y explicó que el deportista se disponía a aterrizar pero calculó mal la distancia justo en el momento en que se topó con una corriente descendiente de aire. El viento le empujó hacia abajo sin darle tiempo a reaccionar, lo que provocó su impacto contra un tendido eléctrico y quedó levemente enganchado, lo justo para quedar casi en pie y poder tirarse al suelo.

Los vecinos de la zona habían presenciado el accidente, que ocurrió junto a un concurrido cruce próximo a una salida de la autopista del Val Miñor y la entrada de Baiona. La Policía Local y el Grumir de Nigrán acudieron a prestar ayuda al accidentado pero, cuando llegaron, este ya estaba en el suelo sin un solo arañazo y había desenredado y recogido la tela de su parapente. «Vimos cómo el accidentado se subía tan campante en un coche que le fue a buscar y se marchó sin un rasguño», relatan los equipos de salvamento, que acudieron a la zona pero que en ningún momento tuvieron que actuar.

Los miembros del Grumir supervisaron el escenario y descubrieron tres cables eléctricos enganchados entre sí, lo que podría ser la causa de que, a la misma hora, «la mitad» de Baiona sufriese un apagón, que no conllevó mayores consecuencias.

«No pasó nada», aseguran desde el club, e insisten en que el parapente es una actividad deportiva de alto riesgo pero que sus practicantes intentan desarrollar con la máxima seguridad posible. Su presidente, Davila, recordó que estos incidentes son aislados y confía en que se mantenga viva la buena fama de este deporte.

Evitar siniestros

Por su parte, el propio accidentado también insistió en que los practicantes de parapente siempre evitan cruzar los cascos urbanos para evitar siniestros, no solo contra los cables eléctricos, sino también con las farolas y otros obstáculos.

Quienes practican este deporte temen que el incidente dañe su imagen, aunque reconocen que el vuelo sin motor tiene sus riesgos y que la máxima seguridad nunca se consigue. Cada año se registran lesiones por golpes en las caídas.