Imputan al ex alcalde de O Porriño por torturas a una funcionaria

GALICIA

21 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Tras cinco años de instrucción y varios jueces, finalmente el Juzgado de Instrucción número 1 de O Porriño ha dictado un auto en el que imputa al ex alcalde de esa localidad y actual presidente del PP local José Manuel Barros por un delito «de torturas, lesiones, prevaricación y amenazas» hacia una funcionaria (así lo dice textualmente el auto). Su titular entiende que existen suficientes indicios racionales para proceder a la imputación teniendo en cuenta las declaraciones de los testigos, el informe psicológico de la víctima y todos los documentos aportados al procedimiento.

El auto, contra el que cabe recurso, se trasladará ahora a la Audiencia Provincial y al Ministerio Fiscal para continuar el procedimiento, iniciado a raíz de la querella presentada por la funcionaria Isabel Penedo Araújo en agosto del 2002 por los presuntos delitos de acoso, prevaricación y lesiones.

Los fundamentos jurídicos recogen que el ex alcalde hacía comentarios e insinuaciones de naturaleza sexual y contenido discriminatorio, humillante e intimidatorio a la trabajadora, tales como «burra», «sindicalista» o «traidora». Al no acceder a sus insinuaciones, Barros mandó colocar en 1990 un armario de grandes dimensiones delante de la mesa de la funcionaria, de tal forma que su presencia al público quedaba oculta tras él.

En abril de 1995 fue trasladada al torreón del Concello, lugar en el que se almacenaban y archivaban materiales de todo tipo. Para evitar el contacto con los compañeros y demás personas, Barros ordenó colocar un cartel en la escalera de acceso con la advertencia: «Prohibido el acceso a la cuarta planta a toda persona no autorizada». La situación se mantuvo hasta 1997, pese al auto del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia de 12 de julio de 1995 por el que acordaba suspender cautelarmente la medida.

Es en 1997 cuando fue trasladada de nuevo a las oficinas del torreón del Ayuntamiento, aunque sin un trabajo concreto, cambiando de mesa cada quince días y dedicándose fundamentalmente a labores de archivo.

En julio de ese año es destinada a un centro multiusos de la parroquia de Torneiros, aún en obras y sin calefacción, donde hacía fichas de las empresas a través de las páginas amarillas.