Cada día van a parar a la ría de Arousa, procedentes del municipio de Ribeira, quince millones de litros de aguas residuales sin depurar, según los datos facilitados ayer por la Consellería de Medio Ambiente, que alertó sobre las consecuencias negativas que puede tener para el sector pesquero que faena en la zona el hecho de que su lugar de trabajo se vea sometido a unas emisiones de esta magnitud.
Desde el departamento que dirige Manuel Vázquez se indica que 138 productores de a pie de las cofradías de Ribeira, Palmeira, A Pobra do Caramiñal y Aguiño, así como 422 embarcaciones de marisqueo y 534 de artes menores, trabajan en Arousa, la ría más productiva del mundo, y se subraya que, de mantenerse este nivel de vertidos sin depurar, los profesionales pueden ver afectada su actividad diaria.
Entre las repercusiones negativas derivadas de mantener la situación actual, Medio Ambiente cita que puede variarse la catalogación de las aguas e, incluso, pueden acabar cerrándose polígonos marisqueros.
Pero el colectivo marinero no sería el único perjudicado, porque desde la consellería se subraya que el Ayuntamiento de Ribeira puede tener problemas a la hora de tramitar la revisión del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), tarea que pretende acometer durante este mandato, si no cuenta con adecuados sistemas de depuración y saneamiento.
Uno de los requisitos que deben cumplir los nuevos planeamientos es que se adecúen a la ley de evaluación estratégica y ambiental, para lo que resulta imprescindible disponer de una correcta depuración.
Carencias
El Concello de Ribeira carece en la actualidad de una planta capaz de asumir todos los residuos que se generan en el municipio; solo dispone de una estación de carácter primario a la que van a parar las emisiones de la capital municipal y de Palmeira. Las parroquias costeras de Aguiño, Castiñeiras, Corrubedo y Carreira vierten directamente a la ría.
Para subsanar esta deficiencia, y en el marco de un plan gallego de la Xunta para cumplir las directrices europeas sobre depuración en poblaciones con más de dos mil habitantes, Medio Ambiente proyectó la construcción de veinte estaciones en Galicia, una de ellas en Ribeira. Los técnicos elaboraron un anteproyecto para ubicarla en punta Penisqueira, en Couso, basándose en la elección de emplazamiento efectuada por el propio Ayuntamiento.
Los problemas surgieron cuando, una vez sometido a exposición pública el anteproyecto, el Concello decidió modificar la ubicación y, en un pleno extraordinario, se acordó por unanimidad de todos los grupos presentar una alegación proponiendo como nuevo lugar una finca del polígono de Couso. Según la Xunta, esta variación obliga a modificar el anteproyecto y a demorar -en al menos otros cuatro meses- la redacción de otro.
La alegación formulada por el Ayuntamiento impide a Medio Ambiente llevar a cabo su intención de adjudicar la obra de Ribeira este año, como se hará con las restantes previstas y, de esta forma, cumplir con la normativa marcada por la Unión Europea sobre los vertidos residuales.
Desde la consellería se indicó que la planta proyectada para la capital de Barbanza incluye el sistema terciario, que figura entre los más novedosos, y que tiene, entre sus principales ventajas, la de tratar los residuos coliformes, que poseen una incidencia directa en la cría de molusco.
47 millones de euros
De la veintena de estaciones proyectadas en Galicia, diez de ellas están licitadas. La que está previsto instalar en Ribeira supone un desembolso para la Administración gallega de 47 millones de euros. La Xunta recalca su empeño por resolver los problemas de saneamiento que tiene la comunidad.