El proceso de expulsión de los ediles rebeldes de O Son, Muros y Corcubión entra en la recta final

Sara Ares / Santi Garrido

GALICIA

23 sep 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

El BNG todavía no ha logrado darles carpetazo a las medidas disciplinarias anunciadas contra sus concejales en tres ayuntamientos que se saltaron los acuerdos con el PSOE, negándose a investir a alcaldes socialistas. Son los casos de Porto do Son, Muros y Corcubión, donde el Bloque sí adoptó medidas cautelares para impedir que se utilicen sus siglas.

En Corcubión, los dos ediles del ejecutivo local con carné del BNG (el alcalde Rafael Mouzo y Óscar Insua) están suspendidos de militancia de modo cautelar. Actualmente figuran inscritos como Grupo Nacionalista de Corcubión. El regidor explica que ya han presentado las alegaciones a su suspensión, pero aún no han recibido respuesta.

En Porto do Son, donde la negativa del Bloque a facilitar la reelección del socialista Ramón Quintáns le abrió las puertas de la alcaldía al PP, la situación tiende a estabilizarse, hasta el punto de que los populares están logrando sacar adelante sus propuestas. Los cuatro ediles rebeldes del BNG recibieron ya comunicación de la dirección nacionalista con propuesta de expulsión, si bien disponen de tiempo para presentar alegaciones.

La situación se reproduce en Muros, donde el Bloque pactó con el PP para acceder a la alcaldía, saltándose el acuerdo marco autonómico que se la asignaba a la socialista Caridad González. En cualquier caso, la dimisión del nacionalista Xosé Ramón Farinós, principal impulsor de este pacto, podría facilitar la restitución de la alcaldía al PSdeG con una moción de censura.