Dos jóvenes mueren en Betanzos tras estrellarse a 210 km/h

Bea Abelairas
Bea Abelairas A CORUÑA

GALICIA

C. Delgado

El conductor perdió el control del turismo, que se deslizó 120 metros hasta dar contra una casa Ambos salieron despedidos al no llevar puesto el cinturón de seguridad

12 nov 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

Antón Fernández Fariñas había cumplido 25 años el pasado mes de octubre, pero agotó sus días al volante de su coche ayer en Betanzos junto a su amigo Juan Carlos Seoane Veiga, de 21. El coche en el que viajaban se salió de la calzada, se estrelló contra el muro de una casa y dio bandazos y varias vueltas de campana a lo largo de 120 metros en el kilómetro 582 de la carretera N-VI, a escasos metros de la discoteca Acrópolis -a esa hora abarrotada de gente joven- y ante el restaurante La Casilla. El cuentakilómetros del Peugeot 206 en el que viajaban, y que quedó totalmente destrozado por el impacto, marcaba 210 kilómetros, según indicó la Policía Local de Betanzos. La colisión fue tan brutal que despertó a los vecinos de la zona, uno de ellos el propietario del restaurante La Casilla, que explicaba instantes después del suceso que llegó a pensar que se trataba de una explosión. En la parte de atrás El accidente se produjo a las 6.40 horas. Los agentes de la Policía Local apenas tardaron unos minutos en llegar a la zona, ya que habían recibido una llamada de un vecino que denunció que había un coche circulando a gran velocidad por la zona. Cuando llegaron, se encontraron la calzada sembrada de restos del coche siniestrado, a Juan Carlos, que viajaba como copiloto, tendido en la carretera a diez metros del automóvil, y a Antón, el conductor, atrapado en el interior con la cabeza apoyada en la bandeja del parabrisas trasero. Los agentes están convencidos de que ninguno de los dos llevaba colocado el cinturón de seguridad y por eso salieron despedidos. Los bomberos de Betanzos acudieron a la zona para sacar del amasijo de hierros en el que se convirtió el coche a Antón, mientras los servicios sanitarios sólo eran capaces de certificar la muerte de Juan Carlos Seoane. Algo que volvieron a hacer poco después con el conductor, cuando los bomberos lograron serrar el techo del vehículo accidentado. Mirones bebidos Fuentes del operativo de emergencias aseguraron que las labores de rescate tuvieron una rocambolesca complicación, ya que numerosos jóvenes que a esa hora estaban en la discoteca se acercaron a la zona y trataron de inmiscuirse en las tareas que estaban llevando a cabo los servicios de emergencia. Buena parte de estos espontáneos mostraban síntomas de haber consumido alcohol y algunos llegaron a increpar a los sanitarios. Los agentes pasaron varias horas en la zona recogiendo restos, limpiando la calzada, y recopilando datos que puedan ayudar a esclarecer las causas del suceso. El accidente tuvo gran repercusión en la comarca porque uno de los jóvenes fallecidos -el conductor- es el único hijo del alcalde de Bergondo y el otro pertenece a una familia muy conocida de Betanzos. Numerosas personas especularon con las circunstancias en las que se produjo el accidente, ya que el turismo invadió el carril contrario en dirección entrada a Betanzos, justo en una zona donde hay una curva. «La verdad es que si alguien se hubiese cruzado con ellos estaríamos hablando de más víctimas mortales, casi con toda seguridad», confirmó un agente de Tráfico.