El asesino confeso de un taxista en Fisterra se negó a declarar en el juicio

Alberto Mahía A CORUÑA

GALICIA

Las acusaciones sospechan que no actuó solo y que intenta encubrir «algo o a alguien» El imputado, de A Ponte do Porto, se enfrenta a una pena de 30 años de prisión.

13 jun 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Algo no les huele bien a las acusaciones. No ya porque el único imputado se haya negado a declarar, pese a los 30 años de cárcel que le pueden caer encima, sino por la cantidad de piezas que no encajan en un crimen deleznable. El abogado que representa a la familia de la víctima no cree una pizca del relato de los hechos ofrecido por el procesado, que se declaró culpable nada más ser detenido. Y no lo cree por muchas razones, como que el cadáver del taxista no tuviera signos de arrastramiento, «lo que significa que tuvo que ser cargado por dos personas» -el sospechoso intentaría ahora encubrir «algo o a alguien»-; o lo que es «más llamativo», que jamás quisiera explicar los motivos que lo llevaron a dar tan mala muerte a la víctima. El juicio por este crimen arrancó ayer en la Audiencia de A Coruña con la comparecencia de los principales testigos. Una vez que el acusado se negó a declarar, comenzaron a pasar por la sala quienes por una u otra razón estuvieron cerca de la víctima o del procesado aquel 22 de agosto del 2003, en que Jesús Rodríguez, según declaró ante la Guardia Civil y ante el juez, llamó a su taxista habitual, Daniel Chans, para que lo llevara a Fisterra a comprar droga. Luego contó que al regreso pararon el vehículo en una pista en el monte Prado do Marcelo para consumir la heroína. Una vez allí, el acusado dijo que salió del coche y por la espalda le propinó a Daniel ocho golpes en la cabeza con un objeto de hierro y luego, al verlo arrastrarse por el suelo hacia él, le clavó un puñal en el pecho seis veces. En la vista oral, el cuñado de la víctima, también taxista en Vimianzo, aseguró que Daniel y Jesús eran «muy amigos» y mantenían «muy buena relación». Recordó que tanto su cuñado como él llevaban «con frecuencia» al acusado a comprar droga a Fisterra y que éste «siempre iba calmado» y nunca hizo detener el coche en el camino de regreso para consumir los estupefacientes. Incluso mostró su extrañeza de que el día de autos no lo llamara a él, «pues Jesús intentó hasta tres veces contactar con mi cuñado sin éxito, hasta que le contestó en el móvil». El cadáver fue encontrado en una pista forestal, a un lado de un camino con matorrales, con la cabeza «metida en una bolsa de plástico con dos agujeros en los ojos», con el torso desnudo, según el relato del vecino que lo encontró. Maniobra en el monte También allí fue visto por última vez con vida por un vecino que volvía de pescar en torno a las diez de la noche y que contó que se encontró al sospechoso, que estaba fuera del vehículo, dándole «indicaciones» al taxista para meter el coche por el camino de maleza. La fiscalía pide para Jesús Rodríguez 25 años de cárcel por un delito de asesinato, y otros cinco años por robo con violencia, además de una indemnización de 110.000 euros para la viuda del taxista y 50.000 euros para su hijo. La acusación particular, por su parte, eleva a 32 años la pena de prisión, y la indemnización para la viuda, a 247.500 euros.