El acceso a Irmandiños comienza ante una máquina expendedora rodeada de pintadas más propias de un gueto. Tras varios segundos esperando a que escupa el billete, al igual que en otros aparcamientos más modernos, el usuario se percata de que debe pulsar un botón verde. Recoge el tique y se levanta la barrera.
Fotografía:
L.A.N.
Título de la imágen:
Silencio sepulcral
Descripción:
La elección del sitio para aparcar es fácil. El subterráneo está prácticamente vacío. No se oyen motores, pasos o cualquier otro ruido más que aquellos que provienen del exterior, una de las zonas con más vida matinal de Ferrol.
Fotografía:
L.A.N.
Título de la imágen:
¿Es un ascensor?
Descripción:
El ascensor para bajar al aparcamiento está totalmente inutilizado y los pulsadores se encuentran quemados. La empresa pide al Concello que lo repare, y este considera que el mantenimiento es cosa del concesionario.
Fotografía:
L.A.N.
Título de la imágen:
A caminar
Descripción:
Las puertas de acceso más próximas al mercado cierran a las tres de la tarde. Así lo indican los carteles dispuestos por todos los accesos. Toca caminata. Eso sí, la empresa pide «disculpas» de antemano.
Fotografía:
L.A.N.
Título de la imágen:
Incertidumbre
Descripción:
¿Qué pasa si alguien deja el coche un sábado por la tarde y vuelve a recogerlo por la noche? Hay carteles cada pocos metros que indican que los domingos permanece cerrado. Habrá que esperar hasta el lunes.