La infancia en nuestra habla

Guillermo Ferrández

FERROL CIUDAD

Las palabras de la tribu. Participa en la nueva sección de La Voz a través del correo ferrolweb@lavoz.es

21 nov 2011 . Actualizado a las 13:38 h.

No me refiero aquí al poder evocador que tiene las palabras, capaces de remontarnos a tiempos de los que casi no tenemos memoria. Me refiero tan solo a aquellas palabras que utilizamos en nuestros juegos de la infancia sin saber muy bien qué decíamos con ellas. Eran como llaves que abrían un mundo mágico, las claves de un tiempo fantástico.

Tulé es una de ellas. Existía un juego al que llamábamos tulé, el escondite inglés. No sabría decir el origen de esta palabra, pero como juego existió en toda Europa. Consistía en que un niño o niña se ponía de cara a la pared mientras los otros niños trataban de acercarse sin que se diera cuenta. El que pandaba miraba de vez en cuando para atrás a ver si veía a alguien moverse. Carmen Martín Gaite lo recuerda en sus memorias y lo compara con el tiempo que «no lo vemos llegar». Que yo sepa en A Coruña también se llamaba tulé. Nunca sabré por qué decíamos tulé ni de dónde vendrá esa palabra.

En otro juego, llamado arriba facu, decíamos: «porros, picos o tainas». Eran maneras de indicar el puño cerrado, el índice extendido sobre el puño cerrado y la mano abierta. El juego consistía en saltar sobre las espaldas de varios niños que, con la cintura doblada, se apoyaban en el que llamábamos la madre, que solía estar sentado en el banco. Una vez arriba se decían las tres palabras mágicas, porros, picos o tainas, acompañadas de los gestos de la mano. Si los que estaban debajo acertaban los que saltaba después eran los otros y así sucesivamente. A este juego se jugó en toda España pero con jergas diferentes, así en Murcia se llamaba la mula y las palabras mágicas eran «churro, mediomango y mangotero», y otros lugares de Galicia las palabras que se repetían eran «piedra, pico o raña». En Ferrol en este juego estaba prohibido gabear, gallego puro que significa «subir a algún sitio utilizando piernas y manos».

El otro juego al que quiero referirme es al gua. Un juego de canicas (bolas) en el que se hacía un agujero en la tierra donde se metía la bola después del ritual de tiradas al ritmo de «truque, matruque, pie, pasobola y gua». Así era en Ferrol mientras que en otros lugares decían «pie, tute, retute» o «pie, bola carambola». Pero no era lo mismo.

las palabras de la tribu el habla ferrolana

ilustración eduardo hermida