El colectivo pidió al Concello que actúe contra las casetas ilegales de la playa
17 oct 2011 . Actualizado a las 12:38 h.El pinar de Lobadiz, utilizado por muchos deportistas para sus entrenamientos, y otros muchos montes incluso en la cumbre de Mougá donde estuvo el estercolero de Ferrol, pertenecen a la comunidad vecinal de San Xurxo. Son más de 400 hectáreas que recuperaron merced a la Lei de Montes en Man Común promulgada tras la restauración democrática.
La comunidad, tras superar un grave conflicto por el intento de reparcelación de parte de los predios colectivos, se enfrenta de nuevo a un proceso parecido, si bien de menor entidad. La asamblea celebrada ayer trató el asunto para facultar al presidente, Manuel Varela Gómez, para representarla ante los tribunales por nuevas demandas en el mismo sentido.
No obstante, el presidente ha señalado que la comunidad mantiene viva su actividad como lo demuestra la recuperación de una parcela situada en el antiguo estercolero de Mougá, que se reforestará con especies adecuadas a la zona. También han adquirido pequeñas parcelas (un total de 40 ferrados) para unir a la masa comunal. El dinero necesario procede de la venta de madera de los montes, que pasa a la caja común, y que debe invertirse en servicios u obras en beneficio de la comunidad. Así, la asamblea abordó luego la compra de maquinaria de desbroce para proceder a la limpieza de una parcela situada cerca del local social, la antigua escuela de San Xurxo, que también será reforestada.
Igualmente, la asamblea trató sobre la limpieza de las zanjas de los manantiales, sobre todo los existentes en Lobariz, algunos con zanjas de hasta dos y tres metros de profundidad. «Si cae una persona que corre por la zona -explicó Manuel Varela-porque no ve la zanja por las zarzas, podrían reclamar contra la comunidad». Otro problema que arrastra el colectivo son las casetas y chabolas levantadas en sus montes. Las más visibles se encuentran sobre la playa de San Xurxo, cerca de la caseta de Salvamento, pero también en otros puntos. Manuel Varela asegura que buscan una solución negociada para el derribo, si bien exigen al Concello que cumpla sus acuerdos porque ya aprobó en su día la demolición.