Perteneció a la plantilla de Astano como inspector de buques
10 jun 2011 . Actualizado a las 12:43 h.El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ha confirmado una sentencia del Juzgado de lo Social número 2 de Ferrol que condenaba a Navantia por la muerte de un ingeniero, como consecuencia de una enfermedad provocada por su exposición al amianto. Se trata del primer caso en el que el afectado tiene esta categoría profesional, dado que la inmensa mayoría son trabajadores de todas las especialidades, pero de los niveles bajos de la escala jerárquica. El astillero o su aseguradora deberá indemnizar a la familia con 50.000 euros.
Julián de Benito había prestado servicios en la antigua Astano desde julio de 1967 a octubre de 1971, como ingeniero naval, destinado en el servicio de inspección de buques. A partir de entonces dejó Fene para trasladarse a Astilleros del Atlántico, en Santander, donde prestó servicios en la oficina técnica con cargo de directivo.
En Fene
La sentencia establece que donde se contaminó fue en Astano porque en Santander apenas tuvo contacto con el asbesto. Durante su trabajo en el astillero de Fene (1967-1971), un período de gran actividad en la planta, realizaba su labor alrededor de un 85?% del tiempo no en oficinas sino revisando montajes de cascos de barcos, donde se forraban escapes o elementos calientes del buque con mantas de amianto, en camarotes y otras zonas habitables, dado que este material se utilizaba por lo buen aislante térmico que es, aunque peligrosísimo para la salud.
También supervisaba instalaciones de tableros que contenían amianto prensado y que servía para el aislamiento, también, técnico y acústico. Con estos tableros se forraban techos, suelos y paredes de los barcos.
Pertenecía a la sección de armamento del astillero donde el contacto con este material era más frecuente. Como jefe de buque que fue en ocasiones su tarea se centraba siempre a bordo del barco en construcción.
Surge la enfermedad
A partir del 2002 comenzó a notar dolor en el hemitórax izquierdo. No fumaba. Cuando fue al médico le detectaron ya su sufría las consecuencias del amianto. En el 2004 se le dice que podía sufrir un mesotelioma, el cáncer pleural más mortífero. Y en el 2006 falleció de mesotelioma pleural.
La sentencia confirma que Astano no había dispuesto las medidas de prevención necesaria para que sus empleados no se contaminasen y por ello la considera responsable de su fallecimiento. Antes de su muerte, la Seguridad Social ya le había declarado una incapacidad permanente absoluta por enfermedad profesional.