La asociación Prioriño promueve la recuperación de la estética rural tradicional con la instalación de una veintena de muñecos
04 jun 2010 . Actualizado a las 12:39 h.Parecen elementos de otra época pero hay vecinos empeñados en traerlos también a esta. Una veintena de espantapájaros, elaborados a la antigua usanza, pero si cabe con más detalle y esfuerzo que los usuales, han invadido los núcleos rurales de O Pieiro y O Confurco, en Doniños. No cumplen tanto su cometido oficial como el de devolver a zonas de aldea una imagen perdida con los años que la asociación Prioriño busca ahora recuperar.
Según explica Rosa Ruán, secretaria de la entidad, la iniciativa nació el verano pasado. La representación de una obra, O cadro do espantallo, de Ti e máis eu teatro, que trataba precisamente sobre la recuperación de esos muñecos en vías de extinción, hizo que los vecinos tomasen ejemplo. Así, hace unos quince días se instalaron espantapájaros temáticos. Unos hacen alusión a los habitantes del rural gallego más tradicional: viejos, pescadores, pastores, mujeres en la fuente. Zorros, búhos y vacas ejemplifican la fauna de la zona. Y un tercer grupo evoca personajes de leyendas populares: la moura del río da Cruz, el cura que tenía que leer y desleer y la meiga.
Una labor de recuperación de la cultura popular que Prioriño intenta exportar al resto de la zona rural. Como primer paso, el proyecto se llevó a la programación de la Concellería de Participación Cidadá. Pero de momento, esta asociación de Doniños ha sido la única en llevarlo a la práctica. Ahora, se invita a las restantes a que coloquen sus propios espantapájaros.
Ahuyentarán a las aves, pero no a los vándalos que ya han intentado arruinar esta cosecha llevándose alguna de estas obras de artesanía y elementos de otras cuantas.