Alimento para la memoria del Eume

Antón Bruquetas

FERROL

La Biblioteca Municipal de Pontedeume recopila cerca de mil fotografías familiares de la comarca gracias a una exposición que este año alcanza la décimo primera edición

16 mar 2010 . Actualizado a las 15:45 h.

A Memoria popular, recuperación de fotografía familiar na comarca eumesa es el título de un trabajo que, más allá de desembocar en una pequeña exposición de 13 paneles que se puede contemplar hasta el 26 de marzo en la Biblioteca Municipal de Pontedeume, pretende una labor intensa de documentación. Una tarea en la que participan tres centros educativos de la comarca (Moncho Valcarce, Fraga do Eume y Monte Caxado) y que ha conseguido recopilar y archivar cerca de mil instantáneas en las 11 ediciones que hasta el momento se han convocado.

«La idea para llevar a cabo esta iniciativa surgió a raíz de un artículo de Eduardo Fra Molinero en el que daba unas pautas para iniciarse en la documentación de la fotografía familiar», explica el bibliotecario de Pontedeume, Alexandre Caínzos, quien agrega: «Por supuesto lo llamé y le comenté que iba a seguir los pasos que había marcado. Desde entonces ya han pasado 11 años y hemos documentado casi mil instantáneas. No son muchas, pero nos conformamos».

Caínzos y su compañera de trabajo, Dolores Fraga, cuentan con la colaboración de tres profesores de la comarca: Manuel Domínguez, del I.E.S. Moncho Valcarce; Vicente Martínez, del Fraga do Eume; y Rocío Pena, del colegio Monte Caxado de As Pontes. Porque los verdaderos protagonistas de esta actividad son los niños, quienes se encargan de recuperar las fotografías de los álbumes familiares y de elaborar una ficha en la que, entre otras cuestiones, figuran las características técnicas de las instantáneas (dimensiones, color, autor y una breve descripción de lo que se puede contemplar en la imagen). «Hay fichas más completas que otras, pero todas recogen las especificaciones básicas para documentar de forma apropiada una foto», comenta el bibliotecario.

Cuando todo el material gráfico llega a Pontedeume, el equipo de trabajo se encarga de escanear en el ordenador el cerca de un centenar de fotos que recibe en cada edición. «De esta manera -resalta Caínzos-, ya no se pierden». Al mismo tiempo, almacenan las fichas. El proceso se prolonga por aproximadamente diez días.

«Pretendemos que sea un punto de partida para que cuando alguien quiera estudiar esta comarca desde el punto de vista sociológico pueda revisar a través de este trabajo las costumbres de la zona», subraya.

Por último, hacen una selección, en este caso de 13 paneles, que dan lugar a la exposición que estos días se puede contemplar en la planta baja de la Biblioteca Municipal y que Alexandre Caínzos repasa cada día, casi sin darse cuenta.

De repente, su hermana Lila aparece por la puerta. Él la llama para enseñarle una fotografía donde aparece su padre de niño, posando junto a un grupo de jóvenes en la Nogueirosa. Y entonces, ambos empiezan a recordar, comienzan a alimentar la memoria, la propia y la colectiva, porque ese es otro de los grandes secretos que guardan estas fotografías: ilustran las historias que a lo largo del tiempo han ido pasando de padres a hijos. Aleixandre y Lila viajan a lugares donde jamás estuvieron, pero que siempre han estado presentes en las charlas familiares. Y, de forma sorprendente, la exposición cobra sentido, revela su importancia, demuestra su verdadera trascendencia.