Las consultas por adicción a las nuevas tecnologías crecen un 50% en un año

Ana de Antonio

FERROL

26 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Mujer, de entre 15 y 30 años y residente en el medio urbano, con un nivel de estudios alto y conocimientos de inglés. Es el perfil del adicto a las nuevas tecnologías, una enfermedad que el Área Sanitaria de Ferrol trata desde hace unos cinco años, aunque las consultas se han intensificado en los dos últimos.

Tanto, que las asistencias por adicción a las nuevas tecnologías en el servicio de Psiquiatría del Área Sanitaria de Ferrol han aumentado en el último año en más de un 50%, según los datos que maneja el jefe de área, Antonio Núñez Pérez.

El psiquiatra habla de que entre un 5 y 10% de la población mayor de catorce años padecerían trastornos psicológicos asociados al uso de las nuevas tecnologías, es decir, Internet, videojuegos, juegos on-line y móvil. En Ferrol, esta cifra no llegaría a las 20.000 personas. Sin embargo, un dato sorprendente es el hecho de que solo cerca del 2% de ellos acuden actualmente a las consultas del Sergas, es decir, algo más de 300. Otros 500 aproximadamente, explica el psiquiatra Núñez, se someten a consultas a través de Internet -la mayoría- o a terapias privados. El resto, asegura, está sin tratamiento.

Aunque deja claro que cada paciente es un mundo y que existen distintos niveles de gravedad, lo cierto es que los 300 pacientes que a día de hoy se atienden en el Área Sanitaria de Ferrol sitúan a la comarca en la media baja nacional. «Hay que tener en cuenta», explica, «que todavía en esta zona existe un uso menor respecto a otras partes de España». Aún así, concreta, «todos, más o menos, estamos metidos en una actividad complicada. El hecho de que nos desenvolvamos en la complejidad de la vida con mayor soltura y capacidad adaptativa es señal de que nuestros niveles de salud mental son más elevados».

Dificultades para relacionarse

Lo que es común a todos es que detrás de cada uno de estos pacientes se esconden dificultades en el establecimiento de relaciones interpersonales. También les caracteriza la compulsividad y entre ellos se encuentran personas retraídas, aisladas, ansiosas, con baja autoestima y con necesidad de obtener recompensas inmediatas. «Se sienten más llenos, más completos. Es una relación de dominio con el otro, en este caso Internet, pues lo manejan cuándo y cómo quieren para lograr su propia satisfacción. Otra cosa es que luego reconozcan que realmente no les conviene».

Para saber si les conviene o no, los profesionales de la sanidad aún no se han puesto de acuerdo en unificar los criterios que determinan cuándo están frente a un adicto a las nuevas tecnologías. Aún así, quienes tratan este tipo de enfermedades utilizan como criterio orientativo que cuando se pasan más de dos horas frente a Internet -sin contar las que exige el trabajo- puede haber un caso de adicción. Otros también tienen en cuenta si la relación con las nuevas tecnologías provoca cambios de conducta en el paciente-por ejemplo, si uno está más tranquilo conectado a la red o compulsivos cuando no se puede acceder a ella- o hasta qué punto esta práctica interfiere en el despliegue del resto de nuestras capacidades, es decir, si entorpece el desarrollo de otras actividades realizadas por el paciente.

La mayoría se apunta al chat

De los trescientos pacientes que actualmente atiende el Área Sanitaria de Ferrol, cerca del 70% acuden a la consulta por sufrir trastornos psicológicos asociados al uso de Internet. Entre ellos, la mayoría son enganchados al chat y buscadores de programas informáticos que instalar en sus ordenadores. Les siguen quienes sufren comportamientos ludópatas y utilizan la red para jugar desde sus casas y, por último, aquellos que compran a través de Internet muchas veces más de lo que su economía le permite, según explica el jefe de servicio de Psiquiatría. El resto de pacientes ferrolanos corresponden a dependientes de los videojuegos y, en menor cantidad, a los que no pueden vivir sin utilizar el teléfono móvil.

Quienes terminan por acudir a la consulta de Psiquiatría de Ferrol lo hacen en la mayoría de los casos «por la presión familiar si se trata de un joven o por la dificultad que presenta la adicción en el rendimiento ocupacional y laboral de la persona», explica Núñez. Su paciente más joven apenas tiene 16 años.