Navantia busca nuevos pedidos en Sudáfrica tras superar dos años sin grandes contratos

FERROL

La empresa intensifica también su acción comercial en Asia y Latinoamérica

30 oct 2009 . Actualizado a las 14:37 h.

La obtención de nuevos pedidos se ha convertido en un objetivo prioritario para Navantia, que lleva dos años en el dique seco de la contratación. Desde el otoño del 2007, cuando firmó el mayor programa de exportación naval suscrito hasta el momento por los astilleros públicos españoles, al resultar adjudicatario de dos contratos de un programa valorado en 1.200 millones de euros, la empresa no ha logrado más que pequeñas obras para sus líneas de negocio complementarias, como la división de Reparaciones y la fábrica de Turbinas, pero sigue sin engrosar su cartera con encargos para la fabricación de buques.

El relevo en la cúpula de la compañía, a cuyo frente el Ministerio de Economía colocó el pasado verano a Aurelio Martínez, anterior director del Instituto de Crédito al Consumo, ha servido de acicate para que sus responsables se lancen a la búsqueda de nuevos proyectos en el mercado internacional. La pasada semana, parte de su equipo comercial se desplazó a Sudáfrica para reactivar las gestiones con su nuevo Gobierno, y explorar las posibilidades de contratación. La intención del Ejecutivo sudafricano es la de abrir el próximo año un concurso para dotarse de nuevas patrulleras de altura, que se construirían en el país, y posteriormente, reactivar el programa para contratar un buque anfibio, que bien podría ser similar al Juan Carlos I o un híbrido entre este y el Galicia , de un tamaño menor.

Los barcos anfibios son el tipo de buque que centra las mayores expectativas de contratación a nivel internacional. De hecho, además de en Sudáfrica, Navantia tiene en Asia y en Latinoamérica los dos focos de atención más importantes ante la posibilidad de que se abran nuevos programas. En concreto, cuenta con expectativas en Malasia -para la que fabrican ya submarinos en el astillero de Cartagena- y también en la India y Brasil. En estos dos últimos casos también ha crecido el interés por las fragatas.

Sin embargo, en estos momentos no existe ningún concurso lo suficientemente avanzado como para que se concrete en contratos antes de dos años. Los programas militares tienen un período de desarrollo que, con frecuencia, alcanza los diez años, desde que comienza su gestación hasta que finaliza. Por ello, aunque actualmente los astilleros públicos cuentan con carga de trabajo garantizada entre el 2011 y el 2014, dependiendo de los centros, necesitan abrir ya nuevas vías para que los pedidos se concreten no más allá de un plazo de dos años si no quieren encontrarse a medio plazo con problemas de ocupación.

Y es que si bien en estos momentos las factorías públicas cuentan con carga plena, la situación económica de Navantia no atraviesa por sus mejores momentos. Solo en el primer semestre del año las pérdidas ascendieron a 21 millones de euros, según el balance realizado por su accionista, la SEPI. En los dos últimos años, la cartera de pedidos ha caído en alrededor de un 25%.