Tres viviendas de principios del siglo XX, catalogadas en el plan urbanístico, y ubicadas en plena carretera de Castilla, están a la busca de un nuevo dueño
06 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Entre los semáforos, los edificios de pisos, las marquesinas, los transeúntes con prisa y el humo de los tubos de escape, se concentran en un minúsculo tramo de cien metros de la carretera de Castilla tres nobles viviendas, señoriales, majestuosas, con frondosos jardines y portalones de hierro forjado. Son casas con nombre propio, que datan de principios del siglo XX, y que en los tres casos buscan dueño. La casona de Nosa Señora de Chamorro, el dispensario de las Siervas de Jesús y Villa Consuelo lucen, con las persianas bajas y el candado en la puerta, el cartel de «se vende».
Hace año y medio, la congregación religiosa de las Siervas de Jesús decidieron poner a la venta el chalé que les donó en los años sesenta la familia Pubul. Sor Purificación, la madre superiora, explica que el inmueble requiere de unos elevados gastos de mantenimiento y, al estar catalogado, impide que se haga reforma alguna. «El dinero de la venta se destinará a mejorar otro edificio que tenemos en otra ciudad», señala.
Antonio Pubul Permuy, médico del hospital de la Caridad, quiso agradecer a las Siervas de Jesús su generosidad por haber cuidado de él y de su mujer, Concepción Ferrer, en los últimos años de su vida, cediendo a las monjas el chalé de la carretera de Castilla. Con la familia vivía una chica, Pilar Vilariño, que fue cuidada por las religiosas una vez que falleció el matrimonio.
Sor Purificación señala que en los años setenta decidieron abrir un dispensario en el chalé de los Pubul. «En ese momento, no había ningún centro de salud, la gente venía a que les pusiésemos inyecciones, tomar la tensión o hacer curas», recuerda. Hace más de un año que el edificio está cerrado.
La casa, de planta cuadrada, tiene un sótano, dos pisos y un alto con una habitación, y está rodeada de un extenso terreno con jardín y especies arbóreas de gran porte. La madre superiora afirma que «hemos recibido llamadas de gente interesada» pero, de momento, la vivienda sigue en venta. «No son buenos tiempos», dice sor Purificación.
Sede de una asociación
Como si de un espejo se tratase, al otro lado de la calle, otro cartel de «se vende» cuelga del portalón de otro majestuoso chalé, la antigua sede de la asociación de discapacitados Nosa Señora de Chamorro. Este edificio, de estilo regionalista, fue construido en 1931 por el arquitecto Rafael González Villar. Una familia de militares de Narón, conocidos como los Ferí, habitaron el inmueble de dos plantas, con sótano y bajo cubierta, durante cuatro décadas hasta que la señora de la casa, ya viuda, se la vendió a los socios de la entidad, que no dudaron en hipotecarse para comprar el chalé.
La vivienda empezó a funcionar como colegio de educación especial, hasta que en los años setenta se puso en marcha el Carmen Polo, de Ferrol, y Nosa Señora de Chamorro se centró en la realización de servicios ocupacionales y asistenciales para personas con discapacidad.
Ante el aumento de usuarios, la asociación se trasladó a O Val, donde tiene ahora sus instalaciones, e intentó sin éxito convertir el chalé de la carretera de Castilla en una residencia. Incluso se llegaron a realizar mejoras como la colocación de un ascensor, pero las restricciones urbanísticas, al tratarse de un edificio protegido, dieron al traste con el proyecto.
Ahora, la entidad intentará con el dinero de la venta construir una residencia en sus terrenos de O Val.
Villa Consuelo
El tercer inmueble que cierra esta lista de casas señoriales a la venta es Villa Consuelo o también conocida como Casa Mckinlay. Tiene un semisótano, dos plantas y bajo cubierta. También es un edificio catalogado por el planeamiento urbanístico. Tiene unos terrenos de 2.360 metros cuadrados y el chalé suma 471.