Tres rincones vírgenes

Ilda Mosquera Rey

FERROL

En el municipio de Cedeira se ubican tres calas ?alejadas del urbanismo y rodeadas de naturaleza

22 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Jose María Brañas es un cedeirés residente en Santiago que todos los años por estas fechas hace una visita con su familia a una de las playas con más encanto de su localidad. Se trata de la playa de Cerdeiras, conocida como Burbujas. El cedeirés dice que acude a este enclave «para hacer ejercicio, porque hay que ir andando largo trecho, y para disfrutar de la playa que es paradisíaca». Para llegar a este recóndito arenal hay que ir hasta el final del paseo marítimo de Cedeira, o en su defecto, caminar por la playa de A Magdalena hasta llegar a San Isidro. Es en este punto donde comienza el embelesamiento del trayecto, hay que subir la cuesta que lleva a Santallamar y tras ello avanzar por el monte da Robaleira recorriendo un camino rodeado de eucaliptos y desde el que se puede contemplar la ría de Cedeira. Muy cerca del lugar de paso se sitúa el castro das Croas, que todavía está por recuperar. Al llegar a la bifurcación del camino hay que coger el de la izquierda; el de la derecha lleva al faro da Robaleira y a la playa de Mi Señora.

Las Cerdeiras solo se pueden visitar con marea baja, es una playa rodeada de naturaleza y sin ningún tipo de contaminación urbana. El sobrenombre de Burbujas se debe a que al meterse en el agua y pisar el fondo se forman burbujas en el mar. En esta playa hay que tener cuidado de no acercarse nadando al punto donde desemboca el río Mestas que es peligroso por las corrientes y remolinos que forma. Desde el arenal solo se divisa la playa de Vilarrube y los árboles que abrazan la cala. Brañas y su familia disfrutaron el sábado de este lugar de ensueño. «Nos bañamos y también estuvimos observando unas coquinas que hay sembradas -y puntualiza- solo viéndolas, no las cogimos». Entre la familia de José María Brañas se encuentra su cuñado Juan González, también nacido en Cedeira, aunque reside en Madrid, que comenta: «El sitio es precioso, recorres un camino entre árboles y eso para los que venimos de Madrid es algo increíble; lo mejor de la playa es la tranquilidad y que está el agua más caliente que en A Magdalena».

«Mi familia viene una vez al año, a Mi Señora no podemos ir porque ahora solo se puede llegar en barco, pero iremos a Sonreiras», asevera Brañas.

La playa de Mi Señora se encuentra muy cerca del faro da Robaleira. El que quiera visitarla tendrá que ir con marea baja, ya que cuando sube la cala desaparece. Antes se accedía a ella haciendo el mismo recorrido que a Cerdeñas, pero cogiendo la bifurcación derecha. Con el paso de los años el acceso se ha deteriorado y ahora la forma de acceder es en barco. Quienes han hecho el recorrido en chalana dicen que el premio de remar hasta esta playa es disfrutar de ese rincón rodeado de árboles, alejado del ruido y desde el que se puede contemplar la bahía de Cedeira.

De boca en boca

Cerdeiras y Mi Señora están en la boca de todos los habitantes y turistas de Cedeira pero solo la cala de Sonreiras es entonada por los cedeireses para decir: «Nosa Señora do Mar cando veu para Cedeira subirona molladiña pola praia das Sonreiras». Esta playa se ubica debajo de la antigua batería del castillo de la Concepción y es la cala cedeiresa de más fácil acceso. Hasta hace poco más de un año para llegar a ella había que bajar por un macizo de tierra apoyándose en una cuerda, ahora es mucho más fácil porque se han colocado unas escaleras que dan acceso a la cala, por lo que el que quiera ver el lugar por donde la Virgen del Mar llegó a Cedeira lo tiene muy fácil, tiene que ir hasta la fortificación de la Concepción y bajar las escaleras.