Trucos básicos de supervivencia casera para adolescentes

FERROL

Jóvenes de Neda aprendieron recetas sencillas y hábitos alimenticios sanos

20 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

El día a día en casa no es una tarea fácil; y cuando uno empieza a vivir solo, la cocina se puede convertir en un pequeño mundo indescifrable. Para evitar este tipo de situaciones de «pánico» y familiarizar a los más jóvenes con las tareas domésticas, en Neda se han puesto manos a la obra. Una quincena de alumnos de entre 15 y 16 años del IES Fernando Esquío participaron ayer en un curso titulado Obradoiro de supervivencia doméstica para adolescentes , que se lleva a cabo por distintos puntos de Galicia y que ayer tuvo lugar en la cocina del mesón Boavista.

Este taller es una iniciativa del Servizo Galego de Promoción de Igualdade de la Xunta, que se ha organizado en 14 Ayuntamientos distintos de Galicia, con el objetivo de educar y enseñar a los adolescentes a realizar tareas propias del hogar y concienciar a los jóvenes de la necesidad de compartir estas labores cotidianas. Para ello, se contó con la colaboración del Ayuntamiento de Neda y de Manuel Rodríguez y Georgina Freire, propietarios del mesón Boavista, quienes cedieron el local para poder realizar la actividad.

Durante una larga mañana de cinco horas, los adolescentes de Neda recibieron nociones teóricas sobre los hábitos alimenticios más sanos y cómo mantener la higiene en la cocina. En la parte práctica, que fue la que más éxito tuvo entre los jóvenes, aprendieron recetas sencillas que luego elaboraron ellos mismos. El monitor encargado de dirigir el trabajo fue Julio García, cocinero y dietista, quien les enseñó a elaborar tres platos distintos: Fideuá, pechuga de pollo villeroi y arroz con leche. El monitor se mostró satisfecho con la respuesta de los jóvenes: «É unha actividade moi amena que soe ter moita aceptación e, por primeira vez dende que traballo nestes obradoiros, hai máis rapaces que rapazas», declaró. De hecho, la dicotomía hombre-mujer era lo que menos se notaba en el ambiente de colaboración y trabajo que fueron capaces de crear estos alumnos.

La opinión de los jóvenes

Entre los jóvenes participantes también se respiraba la ilusión y el orgullo ante los platos preparados por ellos mismos. Cada uno decía que elaborar su receta había sido más divertido que la de los demás. David Vázquez e Iván Fernández se encargaron de preparar pollo y bechamel y estaban encantados: «Nas nosas casas xa temos cociñado algunha vez, pero non estas recetas, e unha vez que aprendes a facelas é máis fácil do que parece», aseguran estos jóvenes. Están muy contentos con el curso porque les sirve para «aprender cousas novas, e se algún día estamos solos na casa algo mellor sobreviviremos sabendo cociñar». A Santiago Rodríguez le tocó cocinar la fideuá y también estaba satisfecho con las clases. Por su parte, otra de las alumnas, Susana Basoa, que se encargó del pollo y de las patatas «paja», ya hacía planes a corto plazo: «Esta fin de semana cociño eu». Todos ellos coincidieron en que lo más positivo del curso fue la parte práctica, ya que aprendieron cosas que les serán muy útiles en su vida diaria.

El tutor de los alumnos, Avelino Dopico, también estuvo presente durante el curso: «Desde que se lles comunicou a idea estiveron moi entusiasmados coas clases, e este xénero de formación sempre vén ben». Así opinaba también Georgina Freire: «Este tipo de actividades son positivas, todo o que aprenden está ben».

Por su parte, el monitor explicaba que ninguno de los alumnos se desenvolvía con habilidad y práctica en materia culinaria, «pero para eso veñen, para aprender, e a mellor forma é comezar por elaboracións básicas como as que estamos facendo no curso, e todos están respondendo ben».

Parece, sin embargo, que el curso no ha servido para crear futuros chefs de cocina, ya que ninguno tiene pensado dedicarse a este trabajo de forma profesional. Lo que sí ha conseguido es despertar su interés por la cocina y familiarizarlos con ella.