Fue cuestión de minutos. El PP pasó a contar con un diputado más (154), y CiU, con su undécimo en el aire cuando estaba a punto de finalizar el recuento en Barcelona. Y casi sin tiempo para asimilarlo, se volvió a la situación inicial. El baile de escaños que deparó en su recta final la noche del 9-M podrá repetirse esta semana cuando a partir de mañana se inicie el escrutinio final ya con las sacas del voto emigrante. La noche del domingo, Correos había recibido en torno a 380.000 sobres de los 1,2 millones de electores convocados en el exterior.
A partir del miércoles PP, CiU y PSOE mirarán con lupa porque hay hasta siete escaños pendientes en varias circunscripciones, atendiendo a los restos que deja la ley d'Hondt. Lo más apretado está en la capital catalana, donde los nacionalistas de Duran se quedaron por encima de los populares por un puñado de votos, apenas una docena. Es decir, si el PP obtiene en la emigración, por la provincia de Barcelona, un centenar más de votos que CiU, logrará un nuevo escaño a costa de este partido, que bajaría de 7 a 6 en esa provincia y de 11 a 10 en el conjunto del Congreso. Una sola mesa decidiría el cambio. Hay que contar con que en Barcelona estaban convocados 86.210 electores fuera de territorio español.
Es el caso extremo. Los hay similares, pero con un margen mayor. En otras dos provincias catalanas podría pasar como en Barcelona. Así, CiU está alerta para quitarle su único diputado por Lérida al PP, en tanto que apenas se distancian por 2.000 votos. En Gerona hay una situación similar, pero tendrían que obtener los de Rajoy 3.000 apoyos más que los socialistas, complicado viendo el éxito del PSC.
Por apenas 300 sufragios
En Vizcaya, la diferencia entre PP y PSOE está en menos de 300 papeletas a favor de los segundos, sufragios por los que los socialistas lograron su cuarto escaño y el PP se quedó a las puertas del segundo. Podrán determinar los 22.000 votantes del exterior.
Fuera de esas demarcaciones, la pugna es de nuevo un cara a cara PP-PSOE, también en Córdoba, uno de los feudos históricos de IU, que ahí perdió 14.000 votos. Se los llevaron los socialistas, y con ellos el sexto escaño por menos de un millar de respaldos, los que buscarán recuperar los populares. Por un diferencial algo mayor, 1.300, sucede lo mismo en Ciudad Real, si bien en este caso en favor de Rajoy, que consiguió tres diputados, arrebatando el último por ese resto. Podría haber cambios también en favor del PSOE.
Si mudaran todos, el PP ganaría un diputado, el que perdería el PSOE, y CiU quedaría igual.