Touriño y Feijoo llevan al debate la lucha PP-PSOE y dejan al BNG al margen

ELECCIONES GENERALES 2008

El fracaso del Estatuto generó las mayores controversias en un encuentro televisivo carente de tensión

20 dic 2008 . Actualizado a las 21:06 h.

Los tres líderes gallegos se enfrentaron ayer en un debate inédito en 15 años que acabaron polarizando Emilio Pérez Touriño y Alberto Núñez Feijoo. Ambos se cruzaron continuos reproches mientras Anxo Quintana se esforzaba en defender la importancia de que el BNG esté representado en Madrid. En todo caso, los tres repitieron las mismas propuestas que han venido defendiendo en la campaña electoral y mezclaron cuestiones de política nacional con problemas de Galicia. El encuentro careció de tensión en buena parte por un formato demasiado encorsetado que impidió que los participantes dialogasen.

La primera intervención ya anunció cual iba a ser el espíritu de los discursos. Abrió el debate el secretario general del PSdG-PSOE, Emilio Pérez Touriño, quien, tras solidarizarse con las familias de las últimas víctimas de la violencia doméstica, defendió el papel de los socialistas para construir una Galicia «con menos paro, máis renta, máis infraestruturas, máis capital tecnolóxico e máis dereitos». Su pésame forzó a Anxo Quintana y Alberto Núñez Feijoo a sumarse, y mientras el líder del BNG defendió la necesidad de que los nacionalistas estén representados en el Congreso para que Galicia tenga peso en España, el presidente del PPdG dibujó un país en proceso de desaceleración económica y que necesita soluciones.

Y entraron en materia. El primer bloque giró en torno a la economía y Quintana se situó en el centro, en el medio de sus dos rivales, «nin no catastrofismo nin na compracencia». Reconoció el cambio de ciclo y pidió una apuesta por la economía productiva, por sectores con capacidad de crecer: «O naval, o sector primario, o I+D+i, a valorización enerxética». Feijoo optó por cargar contra la gestión socialista. Apuntó que «as familias non chegan a fin de mes, aumenta a disolución de empresas, se penaliza ás empresas acuícolas» y, aunque no las planteó, exigió soluciones. Touriño, que defendió que Galicia «creceu máis que as sete maiores economías de Europa» y que «acadará a renda media europea en sete anos», expuso cuatro medidas: licitación de obra pública, devolución de recursos a las familias, activación del fondo para complementar las pensiones y, por enésima vez, prometió suprimir el impuesto de sucesiones y donaciones.

Las infraestructuras enfrentaron a Feijoo, que denunció el retraso que acumulan tanto el AVE como las autovías interiores, con Quintana y Touriño, que en esta ocasión rivalizaron por apuntarse los tantos. Así, mientras el líder del BNG atribuyó a este partido el mérito de que el Estado destine el 8% de la inversión en infraestructuras en Galicia, Touriño concedió este avance al Gobierno de Zapatero.

La foto

Hasta ese momento, tanto Feijoo como Touriño habían rivalizado mostrando todo tipo de gráficas, pero si alguien fue capaz de sorprender ese fue Quintana: «Si Galicia foi capaz de conseguir que se incrementasen as inversión foi grazas a esto», dijo mientras mostraba una foto de una manifestación en Madrid en protesta por el desastre del Prestige . Cuando se abordó el autogobierno, quedó clara la polarización del debate. Quintana culpó a Feijoo del fracaso del Estatuto y por dos veces le pidió que se comprometiera a apoyar «un Estatuto de nazón». Feijoo lo evitó y se dirigió a Touriño para recordarle que populares y socialistas habían pactado un texto dentro de la Constitución.

Antes de que en el cierre los tres repitiesen un discurso similar al de apertura, abordaron las políticas sociales. Y mientras Quintana defendía la ley de dependencia y la necesidad de recibir el 10% de los fondos estatales, Touriño y Feijoo volvieron a cruzarse reproches. El socialista acusó al Gobierno de Aznar de que nunca aprobó una ley social, mientras Feijoo prometió aumentar la tasa de empleo femenino, bajar el IVA de los productos infantiles y aumentar en dos semanas la baja paternal.