Concentración multitudinaria en la Puerta del Sol de Madrid de indignados contra los políticos y la crisis

Iker Cortés (Colpisa)

ESPAÑA

Miles de personas reclaman cambios en la sociedad.

18 may 2011 . Actualizado a las 05:17 h.

A última hora de la tarde de ayer, miles de personas tomaban una vez más la Puerta del Sol. La plataforma 15M, surgida al calor de la manifestación que el domingo recorrió las calles de varias ciudades en distintos puntos de España, proponía una nueva acampada en la plaza madrileña para reivindicar un cambio en el sistema económico y político español. Ya desde primera hora de la tarde, y habida cuenta de los incidentes de la madrugada que se saldaron con 19 detenidos, decenas de policías municipales y nacionales rodeaban la plaza.

No fue hasta las 19.00 horas cuando la Puerta del Sol se convirtió en un hervidero de gente. Predominaban los jóvenes, los más perjudicados por la crisis, pero también había prejubilados, padres de familia e, incluso, sin techo que pedían a viva voz una solución para sus problemas. Pronto empezaban los gritos y los lemas de carácter reivindicativo «Que no, que no, que no nos representan», «Banquero el que no bote», «Oe, oe, lo llaman democracia y no lo es» resonaban de forma atronadora en la plaza acompañados de pitos, silbatos y pancartas con leyendas como: 'Mis impuestos, para Sanidad, no para coches oficiales' o 'Se puede acampar para ver un concierto de Justin Bieber o la última de 'Crepúsculo' pero no para defender nuestros derechos'.

Precisamente a este último detalle se refería una de las presentes en la concentración, Maribel Martín. La mujer explicaba que se encontraba en paro y había acudido «a echar una mano» al ver que la noche anterior había habido varias detenciones. «Cogen a los que no han hecho nada -indicaba-. No entiendo cómo se puede acampar varios días para ver un concierto y no para reclamar tus derechos.

Esto parece la época de Franco», señalaba poco antes de romper a llorar ante las cámaras porque no recibe ningún tipo de subvención.

Robert, un alemán que lleva 5 años en España, que llevaba una cartel donde podía leerse 'Pedir austeridad desde un Mercedes Clase A', se acercó a la concentración porque considera que «el sistema bipartidista en el que estamos inmersos no representa bien a los ciudadanos». Licenciado en Comunicación y Cultura, en su caso tiene trabajo pero «varios amigos están en paro y los que están trabajando lo hacen en una situación muy precaria así que es lógico que vengamos aquí y apoyemos a estas personas».

Desde la barrera lo veía un bilbaíno de 45 años que prefiere no dar su nombre. Realizador en una productora de televisión, decía ser «muy sensible» a la situación que está atravesando una gran parte de la población. «Yo ahora mismo tengo trabajo, pero estoy en precario y es probable que después del verano me despidan», comentaba.

Minutos antes de que la concentración cogiera fuera, el portavoz de la plataforma 'Democracia Real Ya' y autónomo, Carlos Paredes dejaba muy clara una cosa a los asistentes y a los medios de comunicación: «Rechazamos cualquier acto de violencia y vamos a hacer lo posible para identificar a quienes vengan a montar bronca para ponerlos ante la justicia, porque ahora llevamos cámaras en el móvil y cualquier acto de vandalismo puede ser registrado». Y lo cierto es que al cierre de esta edición tan solo se habían registrado unos pocos incidentes. ¿Los más graves? Los que tenían que ver con algunos de los periodistas a los que las fuerzas del orden tuvieron que proteger ante las increpaciones de los más extremistas.

Unas pocas horas antes, en los juzgados de Plaza Castilla periodistas y fotógrafos ya habían sufrido los empujones y escupitajos de un grupo reducido de personas que esperaban a que los detenidos de la noche anterior fueran dejados en libertad. Los hubo, incluso, que untaron algunos objetivos de la prensa con vaselina.