Cascos deja el PP tras 34 años de militancia con críticas y reproches a Rajoy

Colpisa

ESPAÑA

Lamenta que Rajoy, al descartar su candidatura, haya «recompensado y legitimado» a sus rivales en Asturias.

02 ene 2011 . Actualizado a las 12:16 h.

La respuesta de Francisco Álvarez-Cascos al rechazo de la dirección nacional del PP a su candidatura en Asturias fue darse de baja del partido en el que ha militado 34 años. El ex secretario general de los populares y ex vicepresidente del Gobierno envió una carta a Mariano Rajoy plagada de críticas y reproches a su actuación. Cascos afirma en su misiva, entregada por él mismo en la sede nacional de la calle Génova de Madrid, que se marcha por «dignidad personal» y desencantado con la forma de actuar del líder del PP.

Sostiene que la designación de Isabel Pérez-Espinosa como cabeza de lista del partido en Asturias para las elecciones autonómicas del 22 de mayo en detrimento de sus aspiraciones supone que los comportamientos de sus críticos han sido «legitimados y recompensados» por Rajoy.

Recuerda que ha sido vilipendiado e insultado con apelativos como «galáctico», «sexagenario» o «terrorista callejero» ante la pasividad de la dirección del PP, a la que había solicitado «amparo» en reiteradas ocasiones. Esa situación, añade, nunca su hubiera producido «sin el consentimiento expreso, cuando no con la complicidad» de los órganos directivos, que debían «atajar» esos comportamientos.

Álvarez-Cascos sostiene que ni Rajoy ni nadie de la dirección nacional salieron en su defensa ni hicieron que se respetaran los estatutos del PP, algo que era «deber y obligación ineludibles de la dirección nacional, y tuyas especialmente como presidente». Todo lo que ha ocurrido, añade en su carta, generó «una indefensión incompatible con una militancia digna en el partido».

El ex «general secretario» de los populares, como le llamaba José María Aznar cuando era su 'número dos', manifiesta que la decisión de darse de baja resultó «tan difícil como dolorosa», pero era su «deber» dar el paso para «hacer las paces con mi propia dignidad personal».

Nuevo partido

Cascos no explica sus planes políticos y tampoco aclara si se pondrá al frente de los llamados 'casquistas' con un nuevo partido en Asturias, posibilidad manejada en su entorno durante las últimas semanas.

Si no lo hace habrá puesto el punto final a una dilatada trayectoria que comenzó en 1976, cuando de la mano de Manuel Fraga ingresó en Alianza Popular, a cuyo comité ejecutivo perteneció desde 1984 a 1989, cuando la formación se convirtió en el Partido Popular, del que fue todopoderoso secretario general desde 1990 hasta 1999. Con la victoria electoral de los populares en 1996, Aznar le nombró vicepresidente primero y ministro de la Presidencia.

En 2000, en la segunda legislatura de Aznar, fue rebajado a ministro de Fomento, donde vivió sus horas más amargas y su carrera política cayó en picado tras la desastre del 'Prestige'. Tras la derrota del PP en 2004 dejó la política, pero reapareció hace dos años para intentar hacerse con la candidatura a la Presidencia del Principado. Un intento que desembocó en una crisis del partido en Asturias, dividido entre sus partidarios y detractores. El comité electoral del PP zanjó la disputa el 30 de diciembre con un veto a sus aspiraciones y aprobó la nominación de su rival Pérez-Espinosa.

El PP se limitó a «lamentar» la decisión de darse de baja y reconoció «públicamente» sus «aportaciones» al partido, que «siempre» será «su casa». El PSOE aprovechó la situación para denunciar «el lío» que vive el partido opositor, en el que Rajoy soporta «presiones por todas partes», de «la vieja guardia, la nueva guardia o la guardia mediana», según dijo la portavoz electoral, Elena Valenciano. Recordó asimismo que Cascos estaba avalado por Aznar y por dirigentes de mucho peso, como los presidentes de Madrid, Esperanza Aguirre, y de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo.