Zapatero asiste al rezo con Obama, pero no consigue reunirse con él

Tatiana López

ESPAÑA

Defendio en su oración la tolerancia con los inmigrantes y señaló como gran objetivo la creación de empleo

05 feb 2010 . Actualizado a las 14:48 h.

Rodríguez Zapatero participó ayer en el Desayuno Nacional de la Oración celebrado Washington, un evento al que socialista había acudido invitado por Barack Obama y en el que ambos líderes tenían planeado un encuentro, que finalmente no fraguó porque Obama llegó con retraso a la cita, lo que hizo que ambos líderes coincidieran tan solo en la mesa de desayuno y en un breve momento a la despedida. Según informó Efe, fue precisamente durante la despedida cuando el presidente de EE.UU. habría instado a Zapatero a «seguir fortaleciendo las relaciones bilaterales», si bien el contacto entre ellos se limitó a un intercambio de frases, tal y como confirmaron más tarde fuentes de la Moncloa. 

Las expectativas del Ejecutivo socialista sobre una supuesta reunión con Obama se habían ido reduciendo día a día, primero tras constatar que Zapatero no sería recibido en la Casa Blanca y más tarde al comprobar que ni siquiera su asistencia al Desayuno Nacional de la Oración le aseguraban al presidente español una conversación con el estadounidense.

El Gobierno trató de restar importancia al asunto al asegurar que «en ningún momento se contempló la opción de un encuentro restringido entre los dos líderes», si bien fuentes oficiales admitieron que «había reservado una sala con capacidad para 20 o 30 personas en las que esperaban encontrarse, aunque al final no ha podido ser». Las mismas fuentes se negaron a confirmar si Zapatero viajó con la intención de pedir a Obama que reconsiderara su decisión de no asistir a la cumbre de Madrid en mayo y se limitaron a repetir que el presidente norteamericano podría aprovechar algunas de sus próximas visitas a Europa para pasar por la Moncloa. 

Tolerancia

Pese a no conseguir su principal objetivo, Zapatero sí tuvo la oportunidad de dirigirse a las más de 3.500 personas que conformaban la audiencia del popular desayuno y ante la cual el líder de los socialistas no dudo en recitar un pasaje bíblico para resaltar la necesidad de crear un mercado de trabajo justo en un momento en que el paro en España rebasa ya los 4 millones de personas.

«Aquellos que me escucháis, os digo no explotarás al jornalero pobre y necesitado, ya sea uno de tus compatriotas, o un extranjero que vive en alguna de las ciudades de tu país», fueron las palabras utilizadas por Zapatero, quien definió además la creación de empleo como «la mayor responsabilidad que afrontan los gobernantes en estos momentos».

El presidente español, que solicitó permiso para dirigirse a la audiencia «en castellano, en la lengua en la que por primera vez se rezó al Dios del Evangelio en esta tierra», quiso centrar su discurso en la defensa de la libertad y la tolerancia hacia los inmigrantes, así como en los valores comunes de las dos naciones. España y Estados Unidos, «dos países que deben mucho a quienes han venido de fuera».