Se despide el tercer verano más caluroso desde 1970

A. Prádanos

ESPAÑA

Las temperaturas en España superaron en 1,8% las medias de la estación. Mañana comienza un otoño «templado».

21 sep 2009 . Actualizado a las 20:12 h.

Este martes el otoño se instala oficialmente en el calendario, precedido por un verano que ya ha entrado en los registros climáticos como el tercero más caluroso desde 1970.

También ha sido el tercero más seco en el país en lo que va de siglo XXI. De nuevo escasean las lluvias. El fantasma de la sequía aún no ha hecho acto de presencia pero en los últimos doce meses ha llovido en España un 15% menos de la media.

«Seguimos en la tónica de veranos cálidos, en la línea del cambio climático», precisó Ángel Rivera, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en el habitual balance estacional del organismo. El de 2009 ha sido, más que caluroso, «extraordinariamente cálido», sobre todo la segunda quincena de agosto, sólo superado por los de 2003 - la ola de calor de ese año pulverizó todas la marcas- y 2005.

Entre junio y agosto la media térmica superó en 1,8% los valores normales para la época. En Sevilla el verano ha sido de aúpa, con la temperatura media más alta desde hace 40 años.

La anomalía térmica fue también muy acusada, entre dos y tres grados por encima de lo normal, en otras regiones como Cataluña, Aragón, Navarra, Castilla-La Mancha, Madrid y el área del bajo Guadalquivir. Entre las máximas más destacables, los 43 º de Zaragoza en el mes de julio, y a finales de agosto varios días de 41 º grados en Extremadura y bajo Guadalquivir. Sólo el suroeste de Galicia se libró y se vivieron allí días fresquitos.

Otoño cálido

De lo que ha sido, a lo que será. Los responsables de Aemet se curan siempre en salud y advierten de que, al carecer de bola de cristal, los vaticinios meteorológicos a largo plazo, dos o tres meses vista, tienen «escasa fiabilidad».

Aun así, los pronósticos hablan de un otoño «templado», con valores medios algo más cálidos de lo habitual en la estación para el conjunto de España y en especial en la vertiente mediterránea, donde la anomalía térmica puede ser de un grado o grado y medio entre octubre y diciembre.

Al igual que la primavera pasada, el período estival también ha sido deficitario en precipitaciones, un 30% inferiores al promedio. Esta ausencia de lluvias ha hecho del verano de 2009 el tercero más seco de lo que va de siglo XXI, por detrás sólo de 2001 y 2005. A falta de 10 días para terminar el vigente año hidrológico, de octubre de un año a septiembre del siguiente, el ejercicio se va a saldar con un 15 por ciento menos de lluvia que los valores medios normales, y cuatro puntos más de déficit que el anterior año hidrológico.

De momento -dijo Rivera- hablar de sequía «es prematuro», aunque haría falta un otoño lluvioso para aliviar los temores que ya se perciben en algunas zonas. Se esperan niveles de precipitación normales, quizá más abundantes en Baleares.

Un año más parece que escasearán las borrascas atlánticas, que tradicionalmente barrían buena parte de la Península de oeste a este. A falta de certezas, muchos expertos achacan este cambio a alteraciones atmosféricas y oceánicas imprecisas, derivadas del calentamiento global. Por este motivo la vertiente atlántica ibérica lleva algunos años registrando menos precipitaciones de lo habitual.

Este año hidrológico el déficit en algunas regiones del oeste español supera el 25%, acusado en especial en Galicia, Extremadura, Madrid y en áreas occidentales de ambas Castillas.