El Tribunal corta el intento de un abogado de resucitar la «teoría de la conspiración»

Efe

ESPAÑA

José Luis Abascal, defensa de Basel Ghalyoun, ha dicho que la investigación estaba dirigida desde el principio a la vía islámica.

01 jul 2008 . Actualizado a las 16:46 h.

El presidente de la sala del Tribunal Supremo que estudia los recursos contra la sentencia del 11-M ha interrumpido hoy a la defensa de Basel Ghalyoun cuando éste ha intentado resucitar la «teoría de la conspiración» al decir que la investigación estaba dirigida desde el principio a la vía islamista.

El abogado José Luis Abascal ha comenzado su intervención en la vista pública que desde ayer se celebra en el alto tribunal refiriéndose a que la pericial de los explosivos realizada para el juicio «comenzó mal» y se produjeron circunstancias que, en su opinión, no facilitaron que se realizara correctamente.

El presidente de la sala de lo Penal del TS, Juan Saavedra, ha cortado al letrado para advertirle de que esa prueba «no afecta» a la condena de 12 años de cárcel por integración en organización terrorista que la Audiencia Nacional impuso a Ghalyoun, tras le ha aconsejado que reconduzca sus alegatos.

Abascal ha recordado a la sala que su cliente fue acusado de ser uno de los autores materiales del 11-M, ante lo que Saavedra le ha contestado que no ha sido condenado por ello.

No obstante, el abogado ha asegurado que ese informe de explosivos determinó que lo que explotó en los trenes fue dinamita obtenida en Mina Conchita, en Asturias, y, según ha dicho, «eso decantó la investigación por la vía islamista». «La estimación por el tribunal de que el explosivo utilizado en los atentados del 11 de marzo en Madrid fuera Goma 2 ECO conllevó a que la investigación se dirigiera a la vía islamista y que en esa dirección, finalmente, fuera acusado mi cliente», ha insistido. En su opinión, con esta pericia se produjo el «efecto Rosenthal», que, según ha explicado, consiste en un efecto derivado de las expectativas, es decir, el que se obtiene de algo que se presupone o se espera que ocurra.

La denominada «teoría de la conspiración» sobre la supuesta implicación de ETA en el 11-M ha sido defendida durante la instrucción y el juicio por algunas de las partes personadas, entre ellos, Abascal y las acusaciones ejercidas por la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M y la AVT. Además de Abascal han intervenido los abogados de otros nueve condenados.

Francisco Andujar, defensa de Youssef Belhadj, condenado a 12 años por integración en organización terrorista, ha destacado que la «única» prueba de cargo que hay contra su patrocinado son las declaraciones sumariales de su sobrino Mohamed Moussaten, a quien la Audiencia Nacional absolvió, al igual que a su hermano Brahim Moussaten (las partes retiraron sus acusaciones contra él).

Ha asegurado que esa declaración -en la que Moussaten afirmó que a su tío «le parecía poco» lo que había pasado en Madrid- fue obtenida «ilícitamente».

Ha añadido además que en el juicio quedó demostrado que la persona que aparecía en el vídeo encontrado cerca de la mezquita de la M-30 en Madrid que reivindicaba la masacre no era Belhadj -al que consideraban portavoz en Europa de Al-Qaeda- sino el suicida Jamal Ahmidan, «El Chino».

La Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, que preside Pilar Manjón, considera a Belhadj autor intelectual de la masacre, al igual que con Hassan El Haski, condenado a 15 años de cárcel por ser dirigente del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM).

El abogado de este último, José Luis Borraz, se ha mostrado partidario de la petición del fiscal de rebajar en un año la pena de su cliente porque supera la máxima fijada para este tipo de delito.

Por su parte, las defensas de Sergio Álvarez, «Amocachi», y Antonio Iván Reiss Palicio, «Jimmy», condenados a 3 años de cárcel por trasladar desde Asturias a Madrid parte de los explosivos empleados en los atentados, han sostenido que sus clientes «nunca tuvieron conocimiento» de que lo que llevaban en las bolsas eran explosivos, premisa necesaria para ser condenados por ese delito.