La empresa, retiro dorado del político

ESPAÑA

Una cuarta parte del cerca de un centenar de ex ministros han sido fichados como altos ejecutivos con grandes sueldos poco después de abandonar el Gobierno

03 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La política no es una actividad agradable. Exige sacrificios constantes. Un alto cargo renuncia a un horario más o menos estable porque ha de estar siempre disponible. La seguridad laboral es similar a la de un entrenador de fútbol, permanentemente expuesto a la expulsión, con razón o sin ella. Como guinda, no pueden compatibilizar su cargo con otras actividades y sus remuneraciones son manifiestamente inferiores a las de ejecutivos de empresas con similares, e incluso inferiores, responsabilidades. Para desquitarse, en cuanto cesan, muchos salen corriendo a ocupar una poltrona en la empresa privada.

Que siempre está dispuesta a hacer un hueco e invertir sumas millonarias en un ex alto cargo que le abra puertas en la Administración. Porque Eduardo Zaplana y David Taguas son solo los últimos, pero no únicos, ejemplos de un trasvase de personal que es ya una constante. Una cuarta parte de los 89 ex ministros de la democracia han acabado en los consejos de administración de grandes empresas al poco de abandonar el Gobierno. En tiempos de Felipe González, las sociedades públicas dependientes del INI eran una salida habitual. En cuanto Aznar privatizó todo lo privatizable, fueron las grandes corporaciones privadas las que salieron a la caza del ex alto cargo.

Y la primera, Telefónica, en la que el ex presidente popular colocó a un amigo de la infancia, Juan Villalonga, quien empezó a pescar en las cercanías del poder, y su sucesor, César Alierta, extendió aún más las redes. A Zaplana le han precedido, por ejemplo, Fernando Villalonga, ex secretario de Estado, Arturo Moreno, Vanesa Arriola, hija del todopoderoso asesor primero de Aznar y ahora de Rajoy, el que fue jefe del gabinete del ex presidente popular, Alfredo Timmerman, a quien colocó en una filial norteamericana para burlar la ley de incompatibilidades, y al ex secretario de Estado de Telecomunicaciones, Carlos López Blanco. Pero también ha acogido a socialistas como Narcís Serra, ministro y vicepresidente con González y actual prsidente de Caixa Catalunya, y Javier de Paz, ex líder de Juventudes Socialistas.

Economía, el mejor trampolín

De todos los ministerios, si hay uno especialmente apetecible, ese es el de Economía. Pedro Solbes es el único ministro del ramo que nunca ha abandonado la Administración. El hombre que expropió Rumasa, Miguel Boyer, pasó del Gobierno a la presidencia del Banco Exterior, y de ahí, sucesivamente, a la de Cartera Central, CLH y FCC. Su sucesor en el ministerio, Carlos Solchaga, participa en media docena de sociedades, aunque su ocupación principal es una consultora que ha conseguido jugosos contratos con las principales empresas españolas, como Telefónica y Repsol, e iberoamericanas.

Más afortunado aún ha sido el paso por Economía de Rodrigo Rato, a quien le sirvió para presidir el Fondo Monetario Internacional, donde abandonó antes de concluir su mandato para fichar poco después por la financiera norteamericana Lazard y el Banco de Santander, dos ocupaciones que le reportan más de 3 millones de euros anuales. La primera entidad financiera española también tiene en nómina como asesores a los ex ministros Abel Matutes e Isabel Tocino, e incluso al ex gobernador del Banco de España Luis Ángel Rojo.

La nómina de ejecutivos que un día ocuparon un cargo político es larga y no distingue entre colores políticos. Los hay socialistas, por ejemplo Luis Carlos Croissier (que fue ministro de Industria, que trabaja para Repsol), Luis Atienza y Ángeles Amador, en Red Eléctrica, Javier Gómez Navarro (Aldeasa), Claudio Aranzadi, Joan Majó... Y los hay del PP: Rafael Arias Salgado (Carrefour), Josep Piqué (Vueling), Álvarez Cascos... Y los hay hasta de la extinta UCD, como Martín Villa, que, entre otras empresas, estuvo en Endesa y Sogecable.

Y los ex presidentes también se llevan lo suyo. Felipe González se dedica a sus conferencias y asesoramientos varios en Iberoamérica, entre ellos a la persona más rica del mundo, el mexicano Carlos Slim. José María Aznar también ejerce de lobbysta, aunque su cargo más resonante es el de consejero de News Corporation, el grupo de empresas del magnate de la comunicación Rupert Murdoch. En sus dos primeros años como ex presidente declaró unos ingresos superiores al millón de euros.