Zapatero elude la confrontación con Putin para impulsar las relaciones comerciales con Rusia

P. de las Heras

ESPAÑA

29 sep 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

El presidente del Gobierno español viajó ayer a Sochi, una ciudad balneario del mar Negro donde el presidente ruso tiene su residencia de verano, para tratar de dar un nuevo impulso a las lánguidas relaciones comerciales entre España y Rusia. José Luis Rodríguez Zapatero eludió la confrontación con Vladimir Putin. Entre manos llevaba un ambicioso proyecto: una planta de licuefacción de gas a la que aspira Iberdrola. Y no quiso que las discrepancias sobre acontecimientos internacionales, como la represión de la Junta Militar de Birmania, lo echaran abajo.

La visita, en realidad, solo servirá para allanar el camino y engrasar las relaciones comerciales entre ambos países. Cinco horas apenas dan para más. Zapatero salió por la mañana de Madrid y regresó a última hora de la noche después de compartir con el dignatario ruso una fugaz merienda cena. En una rueda de prensa previa, Putin no dudó en defender su negativa a que la ONU sancione la actuación de la dictadura birmana. Resulta, a su juicio, «prematuro».

Zapatero respondió con una fórmula ambigua: «Los regímenes que gozan del respeto y la confianza de un Gobierno como el que presido son los que preservan las libertades democráticas; eso es lo que deseo para países como Birmania».

El presidente español también echó mano de la máxima diplomacia al referirse a la petición de extradición del ex agente Alexánder Lugovói por las autoridades británicas que investigan el caso Litvinenko y por otros líderes europeos.

Putin aseguró que no existen pruebas fidedignas de la participación de Lugovói en el crimen, y subrayó que en el Reino Unido viven 20 ciudadanos rusos que han cometido «crímenes graves» y que las autoridades británicas se han negado a extraditar.

Además, destacó que las relaciones en materia de Seguridad y Justicia con el Gobierno de España son excelentes. El jefe del Ejecutivo español ratificó este extremo, aunque añadió que su deseo sería que esa colaboración se produzca con «todos» los Gobiernos de la Unión Europea.