La descolonización empresarial en Galicia

La Voz

ECONOMÍA

14 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

En los últimos años ha sido frecuente la pérdida de empresas relevantes para la economía de Galicia, especialmente las dedicadas a la explotación de recursos naturales. Por incapacidad política y económica Galicia no consiguió beneficiarse de sus propios recursos, sometida a la tarifa eléctrica unificada que el Banco Mundial criticó.

Pero la situación todavía se agravó más porque las empresas eléctricas no pertenecen a capitales gallegos, tributan fuera y no tienen vinculación alguna con el territorio, salvo la destrucción de nuestros ríos ante la pasividad de la Xunta. Lo mismo ocurrió con las centrales térmicas de As Pontes de García Rodríguez y Meirama. Endesa tuvo en su central de As Pontes su principal centro de generación, mientras Unión Fenosa pasó a manos catalanas por negligencia propia todavía no aclarada, e Iberdrola maneja la cuenca del Sil a su interés y antojo. La energía eólica distribuida erráticamente ha caído mayoritariamente en intereses no gallegos, y dada nuestra idiosincrasia podemos incidir en el mismo error en próximas adjudicaciones.

Me he referido al sector energético porque centraliza la pérdida más significativa para la economía gallega. Pero este proceso se ha generalizado a otros sectores que con frecuencia recuerdan todos los comentaristas. Es mucho lo perdido.

Estos días hay que añadir la pérdida de una moderna central lechera. Y anteriormente empresas de todo tipo, desde mineras, textiles, alimentarias, agrícolas, construcción e industriales, además del pequeño comercio en general de tanta importancia en nuestros medios rurales. Otra amenaza latente se cierne sobre el sector financiero gallego, que también puede perderse. Según el informe Ardán, aporta al PIB regional más que ningún otro sector económico privado, pues su valor añadido bruto supera al de todos los sectores, excepto el público. La desertización empresarial corre pareja con nuestra alarmante demografía en declive.

El relanzamiento empresarial es tarea primordial de la Xunta orientando nuestra economía en beneficio de producciones autóctonas, sobre las que debe desarrollar una política de estímulos adecuada. Los sectores crepusculares no deben absorber recursos que son necesarios para otros sectores emergentes a los que deben asignarse los escasos estímulos económicos disponibles.