Bruselas exige a la UE celeridad en el nuevo plan contra la crisis

M. J. Alegre MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

Pide a los políticos que hagan «lo que se espera de ellos» y a España, firmeza en las reformas

06 ago 2011 . Actualizado a las 14:00 h.

España debe aplicar de forma «contundente» las medidas comprometidas con la Unión Europea, y en particular la contención del déficit de las autonomías, que ha de ser «muy rigurosa». De igual modo debe llevar a término la reestructuración de las cajas de ahorros, y culminar la reforma del mercado laboral. Todo ello con el fin de inyectar confianza a los inversores y combatir el acoso de los especuladores. El comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, sugirió estas recetas, que no son precisamente nuevas, y lo hizo en un tono de mayor firmeza. «Si hay desviaciones, habrán de compensarse rápidamente con acciones muy firmes», instó.

Previamente había defendido que los buenos fundamentos de las economías tanto española como italiana hacían injustificada la escalada hasta niveles superiores a los 400 puntos básicos las correspondientes primas de riesgo. «No creo que ninguno de estos dos países vayan a necesitar de un programa especial de ayuda», zanjó, en referencia a un eventual rescate.

Precisó el comisario Rehn que si bien España «ha realizado grandes progresos» en sus compromisos de reformas, su implantación es ahora «crucial y crítica». La vicepresidenta económica, Elena Salgado, consideró «absolutamente positiva» esta valoración del comisario europeo. «Él sabe bien que desde el Gobierno ponemos toda nuestra determinación en cumplir los compromisos contraídos, que la reforma del sistema financiero estará culminada a finales de septiembre y que estamos dando señales de que consideramos fundamental el objetivo de déficit», dijo la responsable económica española. Salgado puso como ejemplo de estas pautas la decisión de la Xunta de Galicia de recortar su gasto en 129 millones de euros y expresó su confianza en que otras comunidades avancen por este camino.

Rehn, quien suspendió sus vacaciones, atribuyó los últimos ataques a la decepción de quienes consideraron que los acuerdos adoptados el 21 de julio se iban a aplicar de inmediato. Los cambios estarán listos «en semanas, no en meses», se atrevió a pronosticar Olli Rehn. Poco antes había recordado que lo que se considera lentitud en los procedimientos es «el precio legítimo y necesario a pagar por vivir en una democracia», donde los detalles, incluso los muy técnicos, del acuerdo deben ser ratificados por todos y cada uno de los países miembros. Confió en que lo hagan a principios del mes que viene.

Para acabar, Rehn no quiso dejar pasar la oportunidad de reclamar a los políticos europeos que «hagan lo que se espera de ellos».