Fuentes sindicales aseguran que estas clausuras se realizaron sin informar previamente «ni al comité de empresa, ni a los propios trabajadores, ni tan siquiera a los usuarios»
13 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.El Banco Gallego decidió el lunes cerrar por sorpresa tres oficinas, ubicadas en los municipios de Mazaricos, Touro (ambas en A Coruña) y Ferreira do Valadouro (Lugo). Fuentes sindicales aseguran que estas clausuras se realizaron sin informar previamente «ni al comité de empresa, ni a los propios trabajadores, ni tan siquiera a los usuarios». De hecho, según las mismas fuentes, la entidad se ha ido poniendo en contacto esta semana con sus principales clientes.
Los cierres han motivado el despido de cuatro empleados, alegando para todos ellos una situación de caída de productividad, algo que cuestionan los representantes de los trabajadores porque aseguran que algunas de esas oficinas estaban en beneficios y otras, con pérdidas mínimas. Los empleados «se irán a casa con el salario de apenas un año», lamentan los sindicatos. La dirección eludió pronunciarse ayer.
Desde el lunes, los sindicatos han tratado de ponerse en contacto con los responsables del banco, aunque no han obtenido contestación. Sí la han recibido del departamento de recursos humanos, que les anticipó que a estos tres casos «pueden seguir muchos más». Por ello, las centrales temen que el banco trate de llevar a cabo un expediente de regulación de empleo (ERE) encubierto, despidiendo personal de forma paulatina. Incluso algunas voces creen que puede ser una fórmula para adelgazar los gastos de la entidad y hacerla más atractiva para una hipotética venta. Hace meses, la caja gallega, primer accionista, puso en circulación el Gallego entre varios bancos, aunque su precio no convenció. Los sindicatos han pedido a la dirección que, en el caso de que se produzca esa venta, se garanticen las condiciones laborales de los empleados. No ha habido contestación.