La canciller pide tiempo para decidir sobre un nuevo rescate, en el que Bruselas dice que ya se está trabajando
11 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.«Yo no hago el programa de Grecia, de eso se encargan la Comisión Europea, el BCE y el FMI». Con esta frase despachó ayer Angela Merkel la patata caliente en la que se ha convertido el país heleno en los últimos días. Dejó la pelota en el tejado de la misión de expertos de la troika que analizan sobre el terreno el verdadero alcance de la crisis griega. La canciller explicó que no tomará ninguna decisión hasta conocer la capacidad de Grecia para alcanzar los objetivos comprometidos ante Bruselas y el dinero que precisa para pagar a sus acreedores.
Arrojaba así un jarro de agua fría sobre las expectativas de una ayuda rápida: las conclusiones del análisis no se conocerán hasta junio. Lo propio hizo el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, quien avanzó que en Bruselas ya están preparando el segundo plan de rescate para la república helena, aunque precisó que la Unión Europea «necesita unas semanas» para cerrarlo.
Con todo, Grecia ganó ayer algo de tiempo al colocar más deuda de lo previsto en una subasta de letras a seis meses. Aunque, eso sí, a costa de pagar mucho más por ello. Logró captar 1.625 millones de euros frente a un objetivo máximo de 1.250 millones, a un tipo del 4,88%, un 1,6% más que en la anterior emisión al mismo plazo celebrada en abril.
También adelantó Rehn el coste del salvavidas para Portugal. El interés que tendrá que pagar por los 78.000 millones que recibirá para salir del atolladero será superior al 5,5%, pero inferior al 6%. El comisario mostró su confianza en que el plan de rescate luso reciba el visto bueno de los ministros de Finanzas la semana que viene.
La expectativa de un segundo rescate para Grecia permitió a la Bolsa y a la deuda españolas un pequeño respiro. El Ibex puso fin a una racha de seis descensos consecutivos con un repunte del 0,75% y la prima de riesgo bajó a 217 puntos básicos.