La política estresa al salmón gallego

Jose Manuel Jamardo Castro
J. M. jamardo RIBEIRA / LA VOZ

ECONOMÍA

Un nuevo frente enturbia el intento de volver a criar la especie en Galicia

16 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Por si no fuesen suficientes las iras de los marineros, que obligaron incluso a instalar las jaulas en Muros en la oscuridad de la noche, la trifulca política abierta a cuenta del plan experimental de cría de salmón amenaza con lastrar todavía más el último intento de Galicia por recuperar un cultivo que hace dos decenios la convirtió en pionera en España.

PSOE y BNG se han enzarzado con el PP en el Parlamento a cuenta de la autorización que el departamento de Quintana ha dado a un proyecto idéntico al que criticaba cuando estaba en la oposición. Y los populares reprochan a socialistas y nacionalistas que ahora se opongan a una iniciativa a la que dieron el visto bueno cuando gobernaban juntos la Xunta.

El fracaso anterior

Recapitulando, que ya se cultivó salmón en Galicia. En los noventa, había instaladas varias jaulas de engorde de la especie en la ría de Muros-Noia, aunque la experiencia fracasó en el plano económico. Ahora, una empresa noruega con socios gallegos ha hecho cálculos que dan que la cría de salmón en Galicia es posible y rentable. Decidió comprobarlo con un plan experimental, pero los números no contaban con los recelos de marineros y mariscadores, que se han convertido en un duro escollo para la aventura acuícola.

La peripecia de la empresa North West Food empezó en el 2008, con una licencia otorgada por la Xunta del bipartito para un plan experimental que se desarrollaría en la ría de Arousa. Allí, frente a la isla de Rúa, la compañía colocó dos jaulas e introdujo en una 47.000 alevines.

El engorde tranquilo duró poco tiempo. El que tardaron en enterarse marineros, mariscadores y mejilloneros de lo que había dentro de aquellos elementos circulares que flotaban frente a Ribeira. Los colectivos pesqueros reclamaron la suspensión de un proyecto que, a su juicio, podría interferir en el cultivo del mejillón y en el marisqueo. Hasta el PP cuestionó el permiso dado por el bipartito y apoyó las reivindicaciones de los marineros incluso en el Parlamento, a través de su portavoz de Pesca, José Manuel Balseiro.

La presión popular surtió efecto. Pesca dio marcha atrás y ordenó a la empresa retirar las instalaciones de Arousa. Llegó incluso a abrirle expediente por haber introducido los peces en los viveros sin autorización, aunque la empresa aseguraba tener los permisos en regla. Y como no sacaba las jaulas del lugar, la Xunta del bipartito actuó por su propia cuenta y retiró uno de los tanques con un remolcador. Su destino era la ría de Ares, pero el armazón se rompió en el trayecto.

Venta de la producción

El otro, con 58.000 peces, continuó frente a Rúa hasta que los salmones alcanzaron la talla comercial. La producción se comercializó en abril del 2010: 130 toneladas, que se vendieron entre 5 y 6 euros el kilo.

Concluido el proyecto, con un nuevo Gobierno y la Consellería de Pesca convertida en la de Mar, North West Food solicitó el traslado a la ría de Muros, que el equipo de Rosa Quintana autorizó. Se le asignó el polígono Muros C.

Pero también aquí el mar se levantó en armas. Al conocer que las jaulas de Arousa pasaban para Muros, los profesionales del mar se coordinaron para vigilar e impedir la instalación de los tanques. Lo consiguieron dos veces, pero al tercer intento, este nocturno, la flota amaneció con los viveros instalados. Aún así continúan las movilizaciones. Y el mar no cejará hasta que se pare un proyecto que, dicen, hace peligrar 5.000 puestos de trabajo. Ahora, la bronca salta al Parlamento.