303 megavatios, 16 parques
San Cibrao (Boutareira) 18 Valdoviño (Os Penidos) 9 A Pastoriza 33 Serra Cadeira 18 Carracedo 9 Coto de Frades (A Fonsagrada) 15 Neda 33 Sasdónigas (Mondoñedo) 9 Montes de Abella (Láncara) 15 Monte Acibal (Moraña) 12 Monte Xesteiros 33 Barbanza 15 Oleirón (Ames) 24 Outes 24 Vimianzo 21 Coristanco 18
Una reconversión de las empresas auxiliares de minería y del naval para la explotación energética del mar. Así podría resumirse con trazo grueso la esencia del plan industrial de la firma luguesa Norvento, adjudicataria de 303 megavatios en el concurso eólico fallado el pasado diciembre. La compañía está dispuesta a invertir cerca de cien millones de euros para desarrollar su idea, después de que la comisión de valoración rebajase la promesa inversora inicial, de 261 millones, hasta los 97.
Norvento lleva varios años desarrollando I+D relacionado con la energía undimotriz y ahora pretende consolidar su proyecto, aprovechando el sector industrial naval y minero, que sería el encargado de la fabricación industrial de los elementos capaces de extraer energía de las olas.
La apuesta por este tipo de explotación está causando furor en el Reino Unido, donde se prevé generar 87 teravatios a la hora de energía undimotriz al año, lo que equivale casi al 25% de la demanda nacional. En Irlanda, el Gobierno prevé producir más de 6.000 megavatios y crear 20.000 empleos con el uso de esta tecnología.
El plan industrial de Norvento en Galicia se completa con la puesta en marcha de proyectos de geotermia capaces de extraer energía de la corteza terrestre a dos kilómetros de profundidad.
En el concurso eólico, la energética lucense presentó también la posibilidad de construir hasta tres plantas de biomasa, capaces de producir hasta cinco megavatios de potencia eléctrica. Estas fuentes de energía se emplazarían en A Pobra do Brollón, Verín y Ponte Caldelas.
La quinta columna del plan industrial de Norvento apuesta por la microeólica, la que muchos técnicos consideran el futuro del sector y que básicamente consiste en la producción en serie de pequeños aerogeneradores de uso industrial (individual o colectivo en polígonos), capaces de producir entre 100 y 200 kilovatios de potencia al año. La Xunta ya está preparando una regulación específica para este sector emergente.