«El fin de la huelga es echar abajo la reforma laboral, esté aprobada o no»

Natalia Bore MADRID/LA VOZ.

ECONOMÍA

El líder sindical acusa al Ejecutivo de «rendirse» a los mercados, renunciar al ideario de la izquierda y estar «a punto de arruinar» quince años de Pacto de Toledo

29 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

A un mes exacto de la huelga general, Ignacio Fernández Toxo (Ferrol, 1952), secretario general de Comisiones Obreras, es consciente del «desánimo» de la sociedad española -plasmado en los más que discretos resultados de las últimas manifestaciones- ante la situación económica, pero se muestra convencido de que la movilización tendrá éxito. Una huelga que, además de constituir una protesta contra la reforma laboral, será también «preventiva», disuasoria ante «otras medidas en la misma línea que alguien tuviera la tentación de desplegar a partir de los próximos Presupuestos Generales del Estado». Porque Toxo acusa al Ejecutivo de haberse rendido a los mercados, renunciando a la ideología de la izquierda, y teme nuevos recortes. Pero advierte: «El Gobierno debería aprender la lección de la socialdemocracia alemana, que perdió las elecciones por el mismo tipo de medidas que ahora están tomando aquí».

-¿Se sienten traicionados con esta reforma laboral?

-No emplearía la palabra traición. Defraudado sí, porque uno espera de un Gobierno que se declara de izquierdas otro comportamiento, otras formas de ver las relaciones en el mundo del trabajo. Es una reforma que no va a generar empleo, porque el empleo lo genera la economía, su crecimiento, y este se verá limitado por los recortes aprobados. Es una reforma que abre en canal gran parte de los derechos laborales en nuestro país, desde la negociación colectiva, al despido la flexibilidad, etcétera.

-Congelación de pensiones, recorte salarial para los funcionarios, tijera a las políticas sociales, subida fiscal... de la mano de un Ejecutivo que abanderó lo contrario. ¿Qué ha cambiado? ¿Es reversible?

-Reversible creo que es. Ahora, el daño que se haga dependerá del tiempo que permanezcan esas políticas. Y hace bien en ponerle puntos suspensivos, porque creo que esto no ha terminado aquí. Espero ver la orientación de los Presupuestos para el 2011 para comprobar el nivel de profundización en determinadas dinámicas. ¿Qué ha cambiado? Que Europa se ha rendido a los mercados, al interés de la especulación financiera. El giro, la involución, se produjo en la reunión del Ecofin del 7 de mayo. ? -Huelga general en un mes. ¿No temen que la gente se muestre más desalentada que combativa?

-[Silencio]. Vamos a tratar de combatir el desánimo.

-Porque desánimo hay...

-Es cierto. Aquí se ha tratado de anestesiar a la sociedad, se está tratando de esparcir la idea de que solo hay una forma de hacer las cosas, de que solo cabe la resignación, para que la gente se mantenga en esa zona de apatía que permita que las medidas más lesivas se puedan ir abriendo paso. Y hay que combatirlo. Esta no puede ser la sociedad que construya el futuro, y creo que, pese a las dificultades, vamos a conseguir movilizar a la gente y hacer una gran huelga, porque las medidas que se están tomando la hacen absolutamente necesaria. Además, tenemos a un gran propagandista: el ministro de Trabajo.

-¿El 29-S puede ser el rejón definitivo a la era Zapatero?

-No es el objetivo. Quien se está empeñando más en ponerle fin a esta etapa es el propio Zapatero y su Ejecutivo.

-¿Y qué esperan de la huelga? ¿Cuál es el objetivo?

-El fin de la huelga es echar abajo la reforma laboral, esté aprobada o no, pero también tratar de cambiar otras políticas, además de la laboral. El Gobierno no puede permanecer insensible a lo que espero sea una gran contestación ciudadana.