La propuesta del Gobierno incluida en la actualización del Programa de Estabilidad 2009-2013 de ampliar a 25 años el tiempo de cálculo de las pensiones, aunque finalmente ha sido retirado del documento, fue recibida ayer con duras críticas desde las filas de la oposición y el seno de los sindicatos. Política «compulsiva», plagada de «sobresaltos por entregas para los trabajadores» o «grupo de aficionados a la política» fueron algunas de las frase con las que los miembros de los grupos parlamentarios y los representantes de los trabajadores saludaron la noticia.
El secretario general de CC.?OO., Ignacio Fernández Toxo, pidió al Ejecutivo que deje de «meter a la población en una especie de sobresalto continuo». Esto, advirtió, está «creando un clima difícil para el país» y «próximo a la crispación social», aunque prefirió «no hablar» de la convocatoria de una huelga general. También UGT expresó su rechazo a cualquier medida que suponga una «reducción» de la cuantía de las pensiones y un «endurecimiento» en las condiciones para acceder a ellas.
Desde el PP, su portavoz en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, criticó que el Ejecutivo vuelva a «las andadas con las filtraciones», al tiempo que el diputado de IU Gaspar Llamazares pidió a Zapatero que «deje esta novela por entregas, que un día es un pensionazo, y al otro, un tijeretazo en un sistema de pensiones que es de los más baratos de Europa». Emilio Olabarría (PNV) rechazó que la iniciativa no se haya consensuado antes con los grupos parlamentarios o los agentes sociales y consideró, además, «inaceptable» elevar hasta los 67 años la edad de jubilación. El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Durán i Lleida, también se opuso a la prolongación del retiro por ser «incompatible» con el sistema actual de prejubilaciones. Mientras, el portavoz del PSOE en la Comisión de Trabajo del Congreso, Jesús Membrado, cree que el Gobierno se ha precipitado explicitando en este momento su propuesta.