El líder del PP propuso ayer una reforma del mercado laboral que elimine el contrato temporal, lo que en la práctica supondría reducir la indemnización actual de los fijos
12 ene 2010 . Actualizado a las 11:48 h.«Es abaratar el despido o no». Quien así se pronunciaba a primera hora de la mañana de ayer en una entrevista radiofónica era Mariano Rajoy, que respondía -haciendo honor a su gallega cuna- a la pregunta de si su propuesta de «eliminar la dualidad actual de los contratos laborales en España» no suponía en la práctica abrir la puerta al abaratamiento del despido.
Aunque el líder del PP dijo «no tenerle miedo a las palabras», no admitió que su receta se tradujera en una reducción del coste del despido (actualmente la indemnización para los contratos indefinidos está en 45 días por año trabajado, mientras que para los temporales el máximo es de ocho) y se esforzó en explicar que, ante una situación tan grave como la que vive el mercado laboral del país -el de mayor temporalidad de Europa- es urgente «hacer algo».
Y ese «algo» pasa por crear un modelo único de contrato, de carácter indefinido, que, como ya propusieran el pasado abril relevantes figuras del mundo académico -suscribiendo el llamado Manifiesto de los cien -, tuviera una indemnización por despido creciente en función del tiempo trabajado, superior a los actuales ocho días de los temporales, pero menor que los 45 de los indefinidos.
Sin contratos temporales
Sin embargo, Rajoy evitó entrar en detalles y no fue más allá de enunciar su intención de «eliminar» la dualidad actual (indefinidos o temporales) para, seguidamente, acusar al Ejecutivo de inacción: «El drama de este Gobierno es que no hace nada. El diálogo social lleva dos años y ha terminado en nada, en una trifulca. Pero en España más del 30% de las personas que trabajan tienen un contrato temporal, que para algunos significa una indemnización de ocho días al año máximos por despido y para otros cero». Igualmente, calificó de salvajada que la tasa de paro juvenil entre 18 y 25 años sea del 42,8%. «Hay que acabar con esta situación», dijo.
De este modo, el presidente de los populares recordó que su partido había conseguido en 1997 poner en marcha «un nuevo modelo de contrato», y señaló que eso era lo que habría que hacer ahora otra vez, porque la situación actual está fomentando la contratación temporal únicamente.
El modelo de contrato único que Rajoy defendió ayer en dos ocasiones -en una emisora de radio y en la Junta Directiva Nacional del PP- se complementaría con otras tres líneas de actuación en el ámbito laboral: abrir la intermediación en el mercado del trabajo a entidades privadas, que Rajoy definió como «acabar con el monopolio del Inem», al que tachó de manifiestamente ineficaz; flexibilizar la negociación colectiva y, por último, mejorar la formación de los trabajadores. «Lo que no es solución es no hacer nada», insistió.
Pero el recetario económico del PP ante un 2010 que auguran duro, «marcado por la crisis y por el paro», no se queda únicamente en el plano laboral, sino que se redondea con la reducción del gasto público -eje en el que Rajoy insistió especialmente-, además de con la reestructuración del sistema financiero y con una reforma fiscal.
Al respecto avanzó que el PP presentará «en breve» en el Congreso una propuesta, ya que se oponen a la subida del IVA que el Ejecutivo aplicará a partir del próximo julio. Asimismo, Rajoy reclamó rebajas de impuestos para los emprendedores y reducir en dos puntos la cotización de los empresarios a la Seguridad Social.
Igualmente, y aunque admitió que «las reducciones de gasto público no le gustan a la gente», el líder de la oposición se mostró convencido de que la ciudadanía entendería tal decisión -que él adoptaría si llega a gobernar- porque «no podemos permitirnos el lujo de gastar más de lo que ingresamos».