Ordóñez y Salgado pactan un fondo de 30.000 millones para rescatar bancos

María José Alegre

ECONOMÍA

22 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Cierre de oficinas, ajuste de redes y fusiones o alianzas «no dirigidas» son las fórmulas que recomienda el gobernador del Banco de España para que las entidades de crédito nacionales hagan frente cuanto antes a la nueva fase de la crisis financiera ya en marcha, que en su opinión les afectará de lleno. Con la morosidad disparada y el negocio en plena contracción, es casi seguro que estas actuaciones no resulten suficientes, y que los recursos atesorados por los Fondos de Garantía de Depósitos se queden cortos.

Por eso, Miguel Ángel Fernández Ordóñez prepara una etapa de rescates -el de Caja Castilla-La Mancha sería pionero- y ya ha acordado con la vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, poner en marcha cuanto antes un fondo de intervención dotado con hasta 30.000 millones de euros que permitirá operaciones «de emergencia» sin necesidad de convocar previamente al Consejo de Ministros.

El gobernador intervino en la apertura de un encuentro financiero y aprovechó la ocasión para alertar de los riesgos a los que han de hacer frente las entidades. Las cuentas de resultados se ven presionadas a la baja, y «no parece razonable esperar que el estrechamiento de los márgenes se pueda ver compensado con mayores volúmenes de actividad», observó. Reconoció que la actividad de prestar dinero, que todavía aumenta a un ritmo del 5%, va a estancarse e incluso descender.

Mientras el negocio merma, la morosidad crece, añadió. Admitió que la rebaja de tipos supone un alivio para las familias, y reconoció que el Banco Central Europeo seguirá recortando el precio del dinero -ahora en el 1,25%-, pero puntualizó que el tiempo de vacas flacas va a prolongarse bastantes trimestres. Por eso, frente a las voces que reclaman la apertura del grifo del crédito, el gobernador, muy en su papel, aconsejó a bancos y cajas «discriminar entre clientes, seleccionarlos con máxima cautela y diferenciar apropiadamente los tipos de interés que se aplican a cada uno de ellos».

Fernández Ordóñez puso especial énfasis en aconsejar «un esfuerzo de gran calado en reducción de costes», con reducción de oficinas y aumento de la productividad de las que sigan operativas. Pero reconoció que no va a suponer la «tabla de salvación» que permita a todas las entidades sortear las dificultades que afrontan sus cuentas de resultados.

Por otra parte, Gobierno y Banco de España volvieron a enfrentarse ayer a cuenta del futuro de las pensiones de todos los españoles. Y la discusión subió de tono. El gobernador del antiguo instituto emisor, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, volvió a referirse al futuro de las pensiones y resaltó que «no hay que hacer un apocalipsis» de una eventual aparición de números rojos transitorios en la cuenta de estas prestaciones, en alusión a la advertencia que realizó el 15 de abril en la comisión del Pacto de Toledo. En este sentido, insistió en que el superávit de la Seguridad Social podía desaparecer en un año, por el acelerado deterioro de sus cuentas.

Además, Fernández Ordóñez rechazó sentirse desautorizado por el Gobierno, pese a las críticas recibidas sobre todo del Ministerio de Trabajo. Explicó que «las declaraciones que crearon alarma se realizaron fuera de la comisión parlamentaria» en la que se produjeron e invitó a proseguir el debate en este ámbito. «El sistema de pensiones precisa reformas» y, a su entender, el foro del Pacto de Toledo es la vía «razonable» para acordarlas.

Explicaciones en el Parlamento

Ayer se supo además que ya hay fecha para que el titular de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, explique en el Parlamento la opinión del Gobierno sobre el futuro de las pensiones. El ministro comparecerá el 11 de mayo en el Congreso de los Diputados. Mientras tanto, Corbacho desea que este asunto salga de los debates políticos. En concreto, pidió al PP, sobre todo a su secretario general, Mariano Rajoy, que se entere de cómo funciona la comisión del Pacto de Toledo. Considera que no es de recibo que el líder del mayor partido de la oposición pida la convocatoria urgente de un foro que lleva meses abierto, presidido, además, por un representante popular.

El ministro también aprovechó un acto en Madrid para replicar lo dicho por Fernández Ordóñez. Para el ministro, no existe la más mínima duda: «La Seguridad Social tiene una salud magnífica y eso no se puede cuestionar ni ahora ni a corto ni a medio plazo. No es bueno crear alarmismos innecesarios», insistió. «No quisiera estar polemizando durante más tiempo -continuó-, es la hora de los análisis sosegados y tranquilos y de dejar de dar recetas».